Los tres aspirantes a la candidatura de Morena para las elecciones de 2024: Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, el 22 de agosto de 2022, en Ciudad de México.Andrea Murcia (Cuartoscuro)
El canciller Marcelo Ebrard ha propuesto que se celebren debates públicos entre los candidatos que se postulan en Morena para competir en las elecciones presidenciales de 2024, él mismo, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Estos encuentros, de producirse, constituirían una novedad en el partido, donde todavía no se han definido con claridad las reglas para seleccionar al aspirante oficial. En ese sentido, Ebrard ha planteado al presidente nacional de Morena, Mario Delgado, la convocatoria de una gran encuesta, con una muestra de 20.000 o 30.000 personas que puedan opinar sobre sus preferencias. “Que sea representativa de todo el territorio nacional, transparente y clara, para que se vea lo que el pueblo quiere”, dijo el canciller.
La carrera por la sucesión de López Obrador en el partido para concurrir a las elecciones presidenciales ha empezado en este sexenio inusualmente temprano y aunque todas las encuestas dan vencedor a Morena en dichos comicios antes de que se defina un método para elegir al candidato día con día se registran tiras y aflojas entre unos y otros. Las encuestas publicadas anotan una ventaja clara, por ahora, para la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, seguida de Ebrard, en tercer puesto, Adán Augusto López y finalmente, Ricardo Monreal. Este último es el que ha manifestado más reticencias con el sistema de encuesta para seleccionar al aspirante y desde hace meses se queja de ese procedimiento, en cuya transparencia no confía. “Si el partido decide que sea una encuesta elaborada por ellos, yo no iré. Sería una farsa”, ha dicho en entrevista con este periódico. Ese sería el motivo por el que, definitivamente, abandonaría el partido, una circunstancia que viene manejando desde hace tiempo, pero que no acaba de resolver. Conscientes de estas discrepancias, la oposición a Morena, reunida en la coalición Va por México, quiere negociar con él la eventual incorporación a sus filas.
En estas circunstancias, Ebrard ha hecho llegar al presidente del partido varias peticiones. Con la celebración de debates entre los aspirantes y la encuesta nacional, el canciller propone también la separación del cargo de los llamados corcholatas. “Es importante que eso ocurra antes de las encuestas para que no se ponga en entredicho lo que estamos haciendo y trabajando, a todos nos sirve”. En ese caso, él tendría que abandonar la secretaría de Relaciones Exteriores cuando el partido lo decida, así como Sheinbaum debería dejar la gubernatura de la capital; Monreal, la coordinación de la bancada guinda en el Senado, y Adán Augusto López, la secretaría de Gobernación. Este último ha sido el más cuestionado por presentarse como candidato mientras ejerce de mano derecha de López Obrador, un puesto muy institucional que lo sitúa en una posición muy delicada, con estrechos límites entre su representación estatal y una campaña partidaria. Las críticas a López por compatibilizar estas dos circunstancias han llegado tanto de los correligionarios como desde la oposición, porque entienden que el responsable de Gobernación está utilizando su puesto para avanzar en la campaña.
Lejos de sus cargos, el canciller opina que todos competirán sin lastres y con piso parejo, aunque eso está por verse, con cargo o sin él. En todo caso, Ebrard ha sugerido a Mario Delgado que convoque reuniones entre los aspirantes para acordar estas reglas de juego y que “se fijen fechas”. Espera que sea Delgado quien dé “el banderazo de salida” de la competición electoral en el partido.
Mientras el partido decide cómo organizará la selección del aspirante, una tarea en la que también está concentrada la oposición, Ebrard ha dado un paso de aparente conciliación. Busca que los candidatos morenistas expresen públicamente su programa electoral, sus opiniones sobre las prioridades políticas que debe afrontar el futuro presidente de la República. “Cada uno de nosotros debe decir cuáles son sus propuestas sobre los distintos asuntos. ¿Cuál es el problema número uno de México? La pobreza, la pobreza en todos lados, la desigualdad, pero también la seguridad y también el agua”, ha manifestado el canciller este fin de semana.
La anticipada campaña en que está envuelta Morena con el beneplácito del presidente está levantando más de un dolor de cabeza. El propio Ebrard ha sido denunciado por el PRD ante el Instituto Nacional Electoral por celebrar actos de campaña antes de la fecha fijada para ello. Se refieren en el partido a una reunión del canciller con simpatizantes de la 4T. Pero Ebrard se ha defendido de esas acusaciones este domingo desde Nuevo León, donde coincidió con Delgado y le entregó las citadas peticiones. Para Ebrard, la acusación del PRD tiene como objetivo, dice, “meter en el congelador” a los servidores públicos, y respondió que llegar a esos extremos “va en contra de los derechos más fundamentales”.
Acusaciones parecidas ha recibido Sheinbaum en los últimos días, que finalmente llevaron al INE a pedirle que se deslindara de la publicidad que proclamaban diversas pintadas públicas en las bardas. Así lo hizo la jefa de Gobierno en un escrito, lo que no impidió que cargara contra el organismo electoral, al que acusó de tener un “talante antidemocrático y conservador”. El presidente del Gobierno salió en defensa de la jefa capitalina y en contra del INE, quien ha sido el gran saco terrero para López Obrador en los últimos tiempos.
Sheinbaum ha sido señalada por propios y ajenos como la aspirante preferida por el presidente López Obrador, razón por la cual algunos de ellos llevan semanas pidiendo “suelo parejo” para continuar con la campaña que decidirá al candidato. En ese contexto se enmarcan también las peticiones que en las últimas horas ha anunciado el canciller Ebrard.
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