La periodista María Scherer Ibarra, hija del legendario fundador de Proceso y exdirector de Excélsior, Julio Scherer García, narró el encuentro que sostuvo con el cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, dos semanas antes de que se entregara o fuese entregado al gobierno de Estados Unidos por Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán.
“El fentanilo… eso sí no”, le dijo en un momento dado. “Aquí no van a encontrar una sola tiendita que sea mía. El fentanilo es muy peligroso”.
También habló de la estrategia del entonces presidente López Obrador, de “abrazos no balazos”: “Tiene razón el presidente. Los balazos son peligrosos”, así como de la relación entre el gobierno y el narcotráfico: “Conozco a gente metida en todos lados. En la policía municipal, en la estatal, en la federal”, incluso gobernadores. “Ahí hay de todo. Unos sí, otros no”.
En una crónica difundida el miércoles en Proceso, la periodista contó que el acercamiento con el “capo de capos” ocurrió en diciembre de 2023 y fue a través de la persona que posibilitó la emblemática entrevista con su padre, publicada en las páginas del entonces semanario en 2010 y que causó un enorme revuelo.
Scherer Ibarra narró que, a través de este mediador, Zambada le hizo llegar un ejemplar de “El poder: historias de familia”, escrito por su padre, mismo que le devolvió autografiado con la frase “Para Ismael Zambada, en memoria de su encuentro con mi padre, un hito del periodismo mexicano. María”. Aquella charla en la que dijo entonces que lo podían atrapar “en cualquier momento o nunca” y que si lo capturaban nada cambiaría para el narcotráfico.
“Se suponía que Zambada y Julio Scherer García se encontrarían por segunda vez para hacer una entrevista en forma”, dice María, y líneas más adelante confiesa que supo que “El Mayo” quería conocerla por ser la hija del emblemático periodista.
“Con toda franqueza, no me importó lo más mínimo. Ser hija de Julio Scherer me ha abierto y me ha cerrado puertas, lo mismo que al resto de mi familia. Con esa naturalidad he abrazado las oportunidades que me han ofrecido y también las que me han negado”, apunta.
Sin embargo, no volvió a tener noticias hasta principios de julio 2024, cuando el intermediario finalmente concretó el encuentro, que ocurrió dos semanas antes del 25 de julio, la fecha en la que el capo fue llevado a Estados Unidos “contra su voluntad”, según dijo en una carta difundida por su abogado, aunque otras versiones apuntan a una entrega pactada.
El miércoles acudió a una audiencia en una corte de Nueva York, en la que se confirmó que su defensa, la misma que le consiguió un acuerdo a su hijo “El Vicentillo”, negocia con el gobierno estadounidense para evitar un juicio.
María Scherer describe a un Zambada muy distinto del que vio su padre años antes. “Me sorprende su delgadez. La fotografía más reciente de él es (era) la que se tomó junto a mi padre, que muestra a un hombre corpulento y provocador. Él describió a un tipo recio, que sobrepasaba el 1.80 de estatura, ‘con un cuerpo como una fortaleza’. Claro que han pasado más de 14 años. Ahora tiene 74. Ismael Zambada viste pantalón y zapatos deportivos y una playera polo, marca Boss”.
La periodista fue invitada a un “desayuno copioso” en el que Zambada habló de su infancia y, a pregunta expresa, de su salud. “¿Usted cómo me ve?”, le preguntó a Scherer.
“Muy flaco, pero bien. ¿Qué le pasó en la pierna?”, respondió. Acto seguido, el capo le mostró una cicatriz, de una operación, tras romperse el fémur dos veces, la última ocasión luego de una caída en enero de 2024.
En un momento del encuentro, Zambada le enseñó a la reportera una pintura de la icónica foto entre su padre y él, que dijo que le “regaló un amigo”. También vio un cuadro de Gandhi, porque, según él, es “pacifista”. “Lo soy. Yo sólo me protejo”, le comentó.
Otro momento destacado de la reunión es cuando habló de su hijo, Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”:
– Lo extraño todos los días, dijo “El Mayo”.
–Como miles de familias extrañan a su hijos, muertos y desaparecidos.
Además de la entrevista a Scherer García en 2010, Zambada dio una entrevista en 2021 al periodista Diego Enrique Osorno, que forma parte de su nuevo libro “En la montaña”, editado por Anagrama.
“Nosotros nos dedicamos a un negocio que necesita Estados Unidos. Eso hacemos. Estamos en contra de los que traicionan y de los que matan niños”, dijo entonces. “No se crea que nuestra vida es buena […] Batallamos, como todos. Hay que trabajar mucho para mantener los negocios y la familia”.
Al igual que ocurrió con los Scherer, fue Zambada quien contactó a Osorno y la entrevista se desarrolló en un lugar del llamado “triángulo dorado”, ubicado entre los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.
En un momento de la charla, Zambada se refirió a Estados Unidos y recordó que del revolucionario Pancho Villa “dijeron igual que era terrorista”. “Ahora Estados Unidos nos va a decir terroristas a nosotros y con esa justificación luego nos van a querer poner una bomba”, señaló.
Desde mayo del año pasado, en el contexto de la campaña presidencial en Estados Unidos, el ahora presidente electo Donald Trump dijo en una entrevista con el comentarista Jesse Watters de Fox News, que su plan de lanzar bombardeos a los cárteles mexicanos sigue en pie, sin importar que México sea el principal socio comercial de Estados Unidos.
Foto: Reuters
En otra parte de la conversación, Zambada aseguró que “la paz no se dice, la paz se hace” y que ésta “surge de la lealtad”, pero que en el narcotráfico también “hay muchas traiciones”.
Sin embargo, el capo defiende que la violencia no es su “negocio” y que “el narcotráfico no se acaba”. Eso sí, niega que el Cártel de Sinaloa venda fentanilo o se dedique al narcomenudeo.
También niega haber sobornado a Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, y que fue condenado a más de 38 años de cárcel en Estados Unidos, por haber facilitado y protegido las actividades del Cártel de Sinaloa. “No sé si mi hermano sí”, dijo, de acuerdo con el fragmento recogido por El País.
Zambada también tuvo palabras para el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien gobernaba México en el momento de la entrevista: “Todo mi respeto al señor. Admiro la persistencia que ha tenido tantos años para buscar lo que él quería y lograrlo. Es alguien que además conoce bien la historia de México y se ve que quiere de verdad al país”.
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