La definición más poética de Mário Soares (1924-2017) de todas las que se escucharon en la Fundación Gulbenkian, en Lisboa, este lunes la hizo su hombre de confianza, José Manuel dos Santos: “Toda su vida fue la escritura constante de dos palabras: democracia y libertad”. Soares está, sin ninguna duda, en los altares de Portugal tras una biografía política que estrenó como joven estudiante contestario contra la cerrazón intelectual de la dictadura y culminó con su reconocimiento como uno de los estadistas europeos del siglo XX. Fue uno de esos políticos construidos sobre una armadura cultural que le permitían ver más allá de las luces cortas que a menudo caracterizan la vida política. “Mi padre era un político que quería ser escritor”, evocó, entre otros, su hija Isabel Barroso Soares, en la presentación del primer libro de las Obras de Mário Soares, que editará en los próximos años la Imprenta Nacional-Casa de la Moneda. “Para alguien que tuvo una visión literaria de la vida, este es el más bello de los homenajes”, añadió.
Soares fue un autor prolífico, que publicó más de 80 libros que tocaron casi todos los géneros, de la poesía al ensayo o la novela. Su archivo, sin embargo, está repleto de documentos y escritos inéditos de alcance aún desconocido. “El archivo de Soares es para la historia política el equivalente al baúl de Fernando Pessoa para la historia de la literatura”, afirmó José Manuel dos Santos, actual director cultural de la Fundación EDP y mano derecha de Soares durante 20 años. Dos Santos coordina el equipo que está elaborando el inventario de esos tres millones de documentos que nutrirán una colección, que podría alcanzar una veintena de volúmenes. El lunes Dos Santos hizo reír al público que llenaba el auditorio de la Fundación Gulbenkian con algunas anécdotas del político socialista: “Fantaseó con escribir un libro sobre los cinco funerales más divertidos a los que había asistido, como el de Breznev”.
Sobre Soares, que le antecedió en la Presidencia de la República entre 1986 y 1996, Marcelo Rebelo de Sousa dijo que había tenido una vida “más que intensa” en su lucha por la democracia, en la Revolución y en la consolidación de las libertades y lo definió como “un coloso”. “Tuvo la riqueza de haber militado en el Partido Comunista Portugués y fundado el Partido Socialista, de haber sido protagonista destacado de la Revolución, diputado, primer ministro y jefe de Estado”, señaló Rebelo en un discurso que decidió improvisar en lugar de leer lo que tenía escrito. “La democracia exige una memoria un poco más larga y el esfuerzo de esta colección es este: alargar la memoria de los portugueses para que comprendan que es posible que exista otra política más allá de la política que algunos hacen y otra escritura más allá de lo que algunos escriben”, afirmó el presidente de la República, que hoy presentará un libro dedicado a Jorge Sampaio, otro jefe de Estado socialista. Un ejemplo más de la consideración y el respeto institucional que cultivan los políticos portugueses aunque no compartan militancia partidaria ni visión ideológica.
El primer ministro, el socialista António Costa, destacó que en la trayectoria de Soares se reconocen “las cualidades que constituyen en nuestro imaginario a un héroe: el idealismo, el coraje, la audacia, la tenacidad y la ejemplaridad”. Soares pagó su oposición a la dictadura de Salazar y Marcelo Caetano con detenciones y destierros. Durante su exilio en los setenta fundó en Berlín junto a otros dirigentes el Partido Socialista y rompió definitivamente amarras con el comunismo. Fue uno de los principales líderes civiles del proceso revolucionario que se abrió en 1974 y defensor de la convocatoria de elecciones. El primer escrutinio democrático se realizó curiosamente en la misma fundación donde el lunes se presentó el volumen cero de las Obras de Mário Soares, que se convirtió en el primer ministro de la joven democracia entre 1976 y 1978.
En el título inaugural se incluye la reedición del primer libro que publicó Mário Soares en 1950, As Ideias Políticas e Sociais de Teófilo Braga, sobre el pensamiento del dirigente republicano. Durante su lectura en la Facultad de Letras de Lisboa, Soares protagonizó un acto de rebeldía que le costó la tesis. Ante los comentarios de un miembro del tribunal, motivados por el cariz político del trabajo, Soares le arrancó el texto de las manos y anunció que se iba: “Esto es una vergüenza, no tengo ninguna consideración por usted”.
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