Aunque a priori parecen uno de los tándem más consolidados del panorama nacional, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa hacían saltar las alarmas esta misma semana. Era el pasado miércoles, día 29 de junio, cuando el escritor era captado mientras se retiraba a su casa de soltero, saliendo de ésta a las 7 de la mañana para ir a dar un paseo, y volviendo horas después para pasar allí el resto del día. Unas imágenes que podían dar lugar a dudas sobre en qué punto se encontraba la relación, más aún teniendo en cuenta que la pareja ha permanecido totalmente unida desde que se dio a conocer su romance.
En un intento por despejar incógnitas y seguir manteniendo la hermeticidad, el premio Nobel daba la bienvenida al mes de julio entrando a la exclusiva urbanización de Puerta de Hierro de la madre de Tamara Falcó, demostrando así que su historia de amor sigue yendo viento en popa. En las imágenes captadas por Gtres, se puede ver cómo el peruano luce un rostro radiante después de haber dado un paseo mañanero, saludando a la prensa y dejando ver una faceta totalmente simpática y distendida que apunta a que, a día de hoy, no hay nada que esté empañando su felicidad.
Estas instantáneas encajan perfectamente con la versión que la propia Isabel Preysler dio a ¡Hola! nada más salir a la luz las imágenes de Mario en Semana. Y es que, la socialité no tardó en acaparar el foco mediático para confirmar que ambos siguen viviendo juntos en su domicilio de la capital, razón por la que no están distanciados ni física ni emocionalmente. Al parecer, Vargas Llosa únicamente se habría desplazado hasta esta vivienda porque allí guarda muchos de sus libros, y además, sus hijos se alojan allí durante algunas temporadas, por lo que habría podido ser el punto de encuentro perfecto para la familia para dar pistoletazo de salida a la época estival.
Por el momento, todo apunta a que la historia de amor que tiene a la ex de Carlos Falcó y al de Arequipa como protagonistas, sigue fluyendo con total normalidad. Hace ya casi una década desde que se dio a conocer el romance entre ellos, y desde ese momento, han permanecido unidos contra viento y marea. De hecho, Isabel no duda en acompañar a su pareja en todos y cada uno de los eventos a los que tiene que hacer frente en lo que a lo laboral se refiere. El último de ellos tuvo lugar el pasado martes, 21 de junio, cuando se desplazaron hasta el Ateneo de Madrid para dar cabida a una de las jornadas más especiales para el escritor. Esta no era otra que la presentación de su último libro La mirada quieta (de Pérez Galdós), una obra en la que analiza, exhaustivamente, los textos más célebres del emblemático escritor. Durante toda la cita, la madre de la marquesa de Griñón estuvo apoyando al artista, consagrándose así como uno de los pilares fundamentales de su vida.
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