Hoy en día, Mark Wahlberg es uno de los actores más reconocidos de la industria. El nominado al Oscar ha sido “hombre de acción” en franquicias como Transformer o películas como The shooter, pero también un auténtico gag viviente en alocadas historias de la talla de Ted. Sin embargo, su carrera profesional no comenzó directamente en la ficción, sino que tuvo unos particulares inicios como rapero y como modelo de calzoncillos. Pero después de eso y aunque él no fuese consciente, uno de sus primeros largometrajes se convertiría en título de culto. Muy a pesar de que él mismo, pensó que podría arruinar su carrera. Hablamos de una de las grandes obras maestras del cineasta Paul Thomas Anderson, Boogie Nights.
El filme sigue a un joven actor de cine para adultos en la creciente industria porno de los años 70. Un reparto comandado por Wahlberg en el que aparece un potente casting conformado por Heather Graham, Julianne Moore, Philip Seymour Hoffman, William H. Macy y Burt Reynolds. “Cuando escuché por primera vez sobre la película, el tema no me atraía”, comenzaba explicando el intérprete. Wahlberg dudaba de si por temática, Boogie Nights sería la historia indicada para proyectar su filmografía hacia el siguiente nivel, viniendo del mercado de la música y del modelaje: “Vengo de todo el asunto de Marky Mark (su nombre de rapero), bajándome los pantalones, la ropa interior de Calvin Klein. No sabía si este era sólo el siguiente nivel de explotación de mí y ahora, de repente, tenemos que perder la ropa interior”.
Por suerte para él y para los cinéfilos y siguientes cineastas que pudieron conocerlo, sus agentes le presionaron para que aceptase al menos, leer el guion. “Mis agentes seguían presionándome. Así que leí las primeras 25 o 30 páginas y las dejé. Pensé que esto podría ser algo grandioso o podría ser absolutamente terrible”.
Un arrepentimiento posterior
Producir y protagonizar El milagro del Padre Stu ha llevado a Wahlberg a tomar cierta conciencia religiosa. Situación por la que señaló que espera que Dios le perdone por aceptar el papel de Dirk Diggler en la propuesta de Anderson y que no asumiría un papel similar ahora que es padre de cuatro hijos.
Desde hace algunos años, el actor de Infiltrados ha pulido su figura de productor, intentando elegir y capitaneas sus propios proyectos: “Empecé a producir por necesidad. Siempre fui proacivo al tratar de encontrar material y cosas que pudiera producir, que sabía que eran adecuadas para mí, crear mi propio destino”.