Con motivos de las jornadas que se celebran el próximo lunes 27 de junio sobre el ‘Deporte inclusivo y diversidad LGTBI’, organizadas por la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI (REDI), Mundo Deportivo ha tenido el placer de conversar con una gran deportista, entrenadora y politóloga, Marta Lliteras.
La campeona de rugby de Europa en 2010 nos ha contado cómo ha sido su experiencia en el rugby como jugadora y entrenadora y ha lanzado un mensaje feminista y LGTBI con el fin de tener más consciencia en el mundo del deporte.
La foto que aparece abriendo esta noticia es una petición expresa de Marta: “Me apetece decir que las mujeres envejecen, porque todos me ponen siempre una foto de cuando era jugadora de rugby y es que ahora tengo 38 años y he cambiado”. La mallorquina con las ideas muy claras nos cuenta la evolución que ha realizado: “Al principio he sido muy políticamente correcta porque me enseñaron que la pena no vende. Pero llega un momento que digo “sí” a decir verdades incómodas desde el humor, la cercanía, y el conocimiento. Aunque sea para reflexionar y me acaben criticando”.
Sobre el trato de las noticias deportivas femeninas, Lliteras sentencia que: “No ha cambiado mucho a día de hoy. Cuando hacemos podio o medalla solo es esa foto del día. El resto de los 365 días del año se abandona, que es cuando entrenamos y nos sacrificamos a nivel personal. Nadie te hace un seguimiento de qué has hecho para estar ahí”.
La entrenadora del ejército pone de manifiesto que: “La mayoría somos universitarias, cosa que en otros deportes no lo es. No es por ser elitista, pero quiero decir que nosotras gestionamos tan bien el tiempo que somos capaces de, a la vez que entrenas 1200 horas, también sacarnos una carrera. Como manager de la selección española, junto con el seleccionador Pedro de Matías, hemos creado espacios para que las chicas puedan compaginar sus estudios”.
El camino hasta que llegaron a apostar por Marta como entrenadora de un equipo de hombres no fue fácil: “Hay un vicio muy casposo que dice que las mujeres servimos para cuidar. Por ello, en el deporte las mujeres estamos para entrenar el deporte base, niños y niñas. También entrenar mujeres, pero que no tengan nivel. Si el equipo femenino tiene nivel, por supuesto, lo va a llevar un hombre”.
Su primer equipo masculino como entrenadora fue un sub-18 y ahí empezó a preguntarse: “¿Dónde están las mujeres?”. “Empecé a mirar en los banquillos contrarios y era real. Las únicas chicas que habían eran una fisio, una médico y una psicóloga en todo el campeonato”. Ella misma se define como “testaruda” y “ambiciosa” y al conocer esta realidad empezó a llamar a todos los clubes para ofrecerse como entrenadora. Siempre recibía la misma respuesta: “Genial Marta. Claro que sí, ven al club para llevar el equipo femenino, para ser la directora de la escuela o todo lo que esté relacionado con chicas y con niños”.
Mientras charlábamos se emocionaba al ser consciente del entorno maravilloso que tiene “que no paran de animarme, porque he tenido un camino súper difícil”. Marta Lliteras tiene claro que: “Quiero a mi lado hombres valientes que quieran mujeres valientes o poderosas como yo. Me gusta rodearme de los mejores, sean hombres o mujeres, no me asustan, no me hacen sombra”.
Reconoce que: “La vulnerabilidad es maravillosa, porque es mostrarte como eres y no tener miedo a decir “pues sí, lloro”, porque al final no he tenido las mismas oportunidades. He tenido que hacer un carácter discreto, callado, si tienes que llorar que sea a escondidas. Estoy intentando desaprender esta autoexigencia y este liderazgo masculino. Y me estoy sintiendo muy a gusto”.
La entrenadora mallorquina reconoce que “el mundo del deporte está muy masculinizado”. Pero reconoce que le da “rabia” cuando una mujer dice que “no hay referentes femeninos, porque sí los hay”. Lo que pasa tal y como cuenta Lliteras: “No están en los medios de comunicación porque no tienen nombres y apellidos. Pero sí las hay, porque yo he tenido entrenadoras y seleccionadoras maravillosas”.
Marta ha salido hace poco “del armario” de cara al público, pero explica que: “En mi caso no me han discriminado por ser bisexual, sino por ser mujer”. Cree que: “No vamos a tener referentes en el sentido del colectivo hasta que realmente no empecemos a formar en esta materia en las escuelas, clubes y federaciones. A día de hoy compañeros del colectivo no quieren “salir del armario”. Sobre todo hablo del futbol masculino de primera división, y no salen por lo que se les va a cantar en los estadios y por las agresiones físicas y verbales que van a recibir”.
Bajo el punto de vista de la entrenadora mallorquina: “No animo a nadie a “salir del armario”, si no tienen un entorno de seguridad. Es así de radical. No quiero que salga nadie del armario que pueda sentirse perjudicado a nivel laboral, que te puedan descontratar o realmente que puedas tener una agresión física o pintadas en la puerta de tu casa”.
Es cierto que el foco se está poniendo sobre “salir del armario” para tener referentes, pero Marta centra el foco en lo que se canta y lo que hacen los aficionados del fútbol, porque bajo su punto de vista “no se debería tolerar.” ¿Tenemos un ambiente LGBTIQ+ seguro para que deportistas de primera división puedan “salir del armario” en condiciones seguras?
Para llegar a esta ansiada y necesaria realidad, Marta lo tiene claro: “Hay que empezar a hacer políticas reales con los clubes y con los aficionados. Si hay que quitar el carné a ese energúmeno por discriminar, se le quita el carné de socio”.
Hemos hablado de mujeres referentes en el mundo del deporte y es que Marta se ha convertido en uno. Por eso, muchas chicas jóvenes ven en ella a alguien con quien sentirse identificadas y querer ser como ella. Marta tiene un claro mensaje para esas niñas: “Me gustaría que empezáramos a quitarnos el miedo a destacar. Siempre se nos ha puesto en un papel de secundaria discreta, porque si no destacas te va a ir mejor”.
Lliteras aclara que lo más importante es “ser humilde y preguntar cuando no sabes las cosas”. Tiene claro que: “Realmente tenemos que creernos que hemos llegado para quedarnos y que hay un despertar femenino, ya no solo en nosotras, sino en un montón de hombres que ya lo están viendo y les apetece vivir ese momento maravilloso”.
No sabía cómo acabar la entrevista a esta gran deportista y por ello me atreví a lanzarle la pregunta que más odia. Esta pregunta es real y tuvo lugar en un partido entre Alcobendas y Barça. Ella como entrenadora del Alcobendas y su compañero como entrenador del Barcelona. A él le preguntaron: “¿Cómo va a ganar al Alcobendas? ¿Van a jugar más con el pie? ¿Qué estrategia van a seguir?”. En cambio, a Marta, por el simple hecho de ser mujer, le preguntaron: “¿Cómo gestiona el vestuario de hombres una mujer?”.
Esa pregunta fue la última que le pregunté, quería saber a día de hoy qué contestaría la experimentada entrenadora. Al escuchar la pregunta se rio. No se la esperaba. Con todo lo vivido en su espalda tiene claro que si esta pregunta se la hicieran hoy respondería: “¿Me preguntarías lo mismo si fuera un hombre?”.