Más de 100 millones de dólares por los ‘picassos’ del casino


Llevaban 20 años colgados en un restaurante de lujo del casino Bellagio, en Las Vegas, de nombre, cómo no, Picasso. Este sábado por la noche, esas 11 obras del artista español han cambiado de manos en una subasta celebrada por Sotheby’s en la ciudad del juego del desierto de Nevada. El lote ha alcanzado un precio de 108,87 millones de dólares (94 millones de euros).

Los nombres de los nuevos propietarios no han trascendido, pero el anterior dueño es bien conocido en el mundo del arte. Al magnate de casinos Steve Wynn se le atribuye el logro de haber elevado el nivel de Las Vegas en los años noventa para convertirla en lo que es hoy. También es famosa su afición a los grandes maestros, que compra sin importarle demasiado el precio, y que vende con la misma alegría. Con el dinero obtenido por esta operación piensa diversificar su colección, con la adquisición de “mujeres, minorías y artistas de países emergentes”, según ha declarado, en consonancia con un afán de revisar los relatos de la historia del arte en el que andan también embarcadas importantes instituciones públicas estadounidenses.

En la subasta del sábado, organizada para celebrar el no tan redondo 140º aniversario del nacimiento de Picasso (nació el 25 de octubre de 1881 y murió en 1973), la estrella era Femme au béret rouge-orange (Mujer con gorro rojo-naranja), uno de los últimos retratos que hizo el artista de Marie-Thérèse Walter, mujer que inspiró cumbres de la carrera del pintor en la década de los años treinta. Vendida por 40,47 millones de dólares (partía en una horquilla entre 20 y 30 millones), Picasso la pintó en 1938, durante una época de transición.

Wynn se hizo famoso hace 15 años precisamente por un retrato de Marie-Thérèse Walter. Cuando todo estaba preparado para la venta de El sueño a otro coleccionista millonario, Steve Cohen, inversionista de riesgo y dueño del equipo de béisbol New York Mets, Wynn rasgó de un codazo el lienzo mientras se lo estaba mostrando a un grupo de amigos, y antes de una venta que estaba llamada a batir el récord de la obra de arte más cara hasta la fecha. Pasado el bochorno y restaurado el cuadro, la operación con Cohen se consumó en 2013, por 155 millones. Lo máximo que se ha pagado en subasta por un cuadro del pintor malagueño fue en 2015 Les femmes d’Alger, una de las 15 obras de una serie inspirada en Delacroix, que se vendió por 179,4 millones de dólares.

Entre lo subastado el sábado se incluían también dos retratos de estilo tardío de Picasso, presentados para la exposición que celebró en 1970 en el palacio de los Papas de Aviñón: Homme et enfant (Hombre y niño, adjudicado en 24,39 millones), y Buste d’homme (Busto de Hombre; en 9,45 millones, aunque partía en 10 millones). De la primera de las dos pinturas, la casa de subastas ha dicho en un comunicado: “Con sus casi dos metros de alto, esta pieza de 1969 es un impresionante ejemplo de lo logrado por Picasso en esta parte final de su vida”. El artista murió cuatro años después.

El resto del lote lo completaban un par de cerámicas, trabajos en papel y dos naturalezas muertas.


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