Médicos Sin Fronteras estima que alrededor de la mitad de los centros médicos están cerrados o tienen dificultades para brindar la asistencia.
A mes y medio de que los huracanes Iota y Eta causasen estragos en Honduras, más de 250 mil personas continúan sin acceso a los servicios médicos, de acuerdo con Médicos Sin Fronteras (MSF).
La organización estima que alrededor de la mitad de los centros médicos están cerrados o tienen dificultades para brindar la asistencia.
Las recientes tormentas superaron los efectos del huracán Mitch, que en 1998 dejó a 100 mil personas sin acceso a servicios de salud, y han dejado un escenario “catastrófico” que se suma a otras emergencias olvidadas e invisibles en Honduras, como la violencia sexual o los problemas de salud mental.
MSF se desplegó en Choloma, en el departamento de Cortés, donde ha atendido en este mes y medio a más de 4 mil personas y ha brindado más de 2 mil consultas médicas generales. El personal de la ONG ha detectado enfermedades de la piel, traumatismos físicos, infecciones respiratorias y pacientes con enfermedades crónicas que habían sufrido la suspensión de sus tratamientos.
Algunas personas también presentaban síntomas relacionados con el estrés agudo, la ansiedad y el duelo, según la ONG, que también ha llegado a más de 190 albergues para atender, entre otros pacientes, a 13 supervivientes de violencia sexual –dos de los casos atribuidos a agresiones dentro de los propios albergues.
El coordinador de MSF en Choloma, Juan Carlos Arteaga, alertó que estas cifras son solo la punta el iceberg e instó a las autoridades a tratar también la violencia sexual como una emergencia médica.
“Es necesario que se apruebe el Protocolo de Atención Integral a Víctimas y Sobrevivientes de Violencia Sexual para que los y las supervivientes puedan recibir la atención médica adecuada“.
Con información de Europa Press