Cinta policial alrededor de una escena del crimen, en una imagen de archivo.Guillermo Arias (AP)
Era domingo por la tarde en un campo de fútbol en el municipio de Atotonilco de Tula, en Hidalgo. Alrededor de las 20.50 horas, un grupo de hombres armados irrumpió en la cancha, empezó a gritar a los niños que estaban jugando que se salieran del campo e inmediatamente después comenzó a disparar. El saldo del brutal ataque es de tres menores y tres adultos fallecidos. Al menos otras dos personas resultaron heridas por impactos de bala. La Fiscalía de Hidalgo ha abierto una investigación por homicidio doloso y por homicidio en grado de tentativa, pero todavía no hay detenidos.
La violencia en México, que deja casi 100 asesinatos diarios, ha impactado este fin de semana en una pequeña localidad hidalguense. Hay menos de un kilómetro entre el fraccionamiento de Paseos de la Pradera, donde se registró la agresión, y el límite de Hidalgo con el Estado de México. En una cancha pública de una unidad habitacional había al menos unas 50 personas el domingo. La mayoría niños con sus padres.
La primera llamada de emergencia se registró a las 20.50, se reportaba una balacera con heridos y posibles fallecidos. Cuando la policía llegó ya no había rastro del grupo armado, pero se encontraron a un hombre y una mujer, que yacían boca arriba: asesinados cerca de un puesto de comida. La pareja, de 30 y 28 años, son los primeros que fallecieron en el lugar. Un menor de edad, que estaba con ellas, resultó lesionado, pero sobrevivió al feroz ataque.
En la escena había también múltiples heridos. Fueron trasladados en ambulancias y en patrullas de la policía. Tres menores de edad, de 14, 11 y tres años, que fueron llevados al Hospital San Rafael Unidad Huehuetoca, por disparos de arma de fuego, donde fallecieron. Además, otras dos mujeres fueron ingresadas lesionadas también por las balas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Lomas Verdes en Naucalpan, donde una de ellas murió, según la Fiscalía. Tenía 70 años y un disparo en la espalda.
Los reportes policiales registran menores de edad con balazos en las piernas, en los brazos, escondidos debajo de mesas o en las bancas. Además de decenas de personas con cuadro de ansiedad tras presencial los hechos. Un escenario de terror para el que todavía no hay responsables.
El director de Seguridad Pública de Atotonilco, Alejandro Rosales, señaló en una conferencia de prensa el lunes que no tienen más datos: “La gente no nos quiso decir nada, nada: primero que vinieron en un carro rojo, después que iban a pie, después que una camioneta gris, después negra. Sí había mucha gente en las canchas, no mencionan nada más que entró el grupo, que los menores se salieron y ellos empezaron a disparar. Es todo el dato que nosotros tenemos”.
Atotonilco es aledaño a otros municipios como Tula de Allende, Tepeji o Tezontepec, considerados puntos rojos por la inseguridad. En esa región del Valle del Mezquital, la policía incluso tuvo que reforzar los operativos durante la Semana Santa para proteger a los turistas. Se trata de una zona que colinda con el Estado de México y en la que se registra la operación de grupos dedicados a la extracción de hidrocarburo. Los periodistas locales reflejan como en esos municipios las policías locales han sido superadas por cárteles y células regionales que operan el robo de combustibles.
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