“Hay que apoyar a la moda española” es un mantra que acompaña a la pasarela madrileña desde que en 1985 seis diseñadores desfilasen en la plaza de Colón inaugurando lo que luego se convertiría la semana de la moda de Madrid. 75 ediciones después es tan buen momento como cualquier otro para hacer balance sobre esa promoción, considerada siempre insuficiente por gran parte de los diseñadores españoles y exigida, a veces, como un imperativo categórico. Puede hacerse más y puede hacerse mejor, pero ¿se está haciendo poco? La Mercedes Benz Fashion Week Madrid, que no ha dejado de celebrarse ni siquiera en los momentos más duros de la pandemia, es un evento organizado y sufragado por Feria Madrid (Ifema) con el apoyo del Ayuntamiento de la capital y de un grupo de patrocinadores entre los que se encuentran Inditex y L’Oreal.
“Para Ifema la pasarela no es rentable en absoluto. Nunca lo ha sido. Y en las últimas ediciones, con la crisis sanitaria, la contracción del consumo y las restricciones de aforo ha sido aún más difícil”, explica Ana Larrañaga, directora de negocio ferial de Ifema y también de la 75ª edición de la MBFWM (cuya responsable, Nuria de Miguel, se encuentra de baja). El consorcio, participado por Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento, la Cámara de Comercio e Industria y la Fundación Montemadrid, pierde dinero con la moda de autor, pero continúa adelante porque su objetivo es, en palabras de Larrañaga, “ayudar a proyectar la creatividad del país a través de la confección y participar en la recuperación de este sector”. Un negocio ya debilitado, que afronta desde 2021 una caída en las ventas del 13,1%, según datos de la Asociación del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex).
Desfile de Fely Campo.
Ballesteros (EFE)
Feria de Madrid no es la única institución comprometida en dar visibilidad al diseño de autor. El pasado viernes, la reina Letizia visitó la pasarela y se entrevistó con miembros de las distintas organizaciones sectoriales, modelos y diseñadores, prestando especial atención a los creadores más jóvenes, como Jorge Redondo (27 años), que, con su debut en la pasarela, ganó el premio L’Oreal la mejor colección de la temporada, consistente en 3.000 euros y en la publicación de un editorial de moda en una revista especializada. Miriam Saiz, que es imagen de Givenchy y ha desfilado para Hermès y Dior, fue reconocida como la mejor modelo y recibió un cheque de 3.000 euros.
La Reina, que visitó la MBFWM por última y primera vez hace 12 años, no acudió a ningún desfile, pero tampoco dijo que no a una sola foto o selfi. Y no fueron pocos: la pasarela ha recuperado el 100% de su aforo, y además de las invitaciones a los desfiles ha repartido 50.000 entradas para el Cibelespacio: el área que rodea la pasarela y donde se mezclan stands de patrocinadores y de marcas.
Esta temporada, hubo muchos más representantes institucionales en el recinto: los ministros de Transporte —Raquel Sánchez—; Industria —Reyes Maroto—; Educación —Pilar Alegría—; y Cultura —Miquel Iceta— estuvieron en primera fila. También la embajadora del Reino Unido, María Antonia Elliott. Además de miembros del ayuntamiento y de la comunidad del Madrid, así como el alcalde de Salamanca que acudió el sábado para apoyar a su paisana Fely Campo, autora una colección inspirada en los Arribes del Duero.
Desfile de Custo Barcelona.
J.J.Guillen (EFE)
Como resume Custo Dalmau, fundador de Custo Barcelona, hoy toda ayuda es poca. “Esto va a ser tremendo, cuando ya estábamos superando la pandemia, llega la guerra y la subida de los precios de los combustibles. Y cuando le subes a la gente los precios de lo fundamental, se acaba el presupuesto para lo superfluo”. Al veterano diseñador, que presentó hace un mes en Nueva York la colección que mostró el sábado en Madrid y que llevará en unas semanas a Los Ángeles, se le ve más resignado que preocupado. Dice haber conocido las subvenciones a la industria del diseño “solo de oídas” y parece confiado en que en sus prendas atrevidas y de tejidos tecnológicos está el secreto de su supervivencia pasada (41 años lleva en el mundo del diseño) y futura.
Desfile de Otrura en Mercedes Benz Fashion Week Madrid.
J.J.Guillen (EFE)
Verónica Abián y Sergio Lázaro, los diseñadores que dan forma a Otrura y que en abril de 2021 ganaron el premio a la mejor colección de la MBFWM, apostaron por una propuesta tan compleja conceptualmente como difícil de plasmar en prendas, aunque poética sobre la pasarela. Saliendo de la espiral busca reflexionar sobre la asfixia mental y la ansiedad, una enfermedad que Lázaro sufre, y lo hace a través de bodis y monos que se pegan al cuerpo como una segunda piel, su fantástica sastrería origami y una pequeña serie de prendas en un denim elaborado con algodón reciclado y en cuyo proceso de teñido no se ha utilizado agua.
La semana de la moda madrileña también dejó otras imágenes grabadas en la retina, como la barroca colección de Encinar, la sastrería contemporánea de Pablo Erroz (con sus piezas de seda tejida en la isla de La Palma) o los volátiles y coloristas trajes de cóctel del siempre inquieto Juanjo Oliva, que también acaba de desarrollar una colección cápsula para la firma See you. Porque se nota y se agradece cuando la moda española apoya la moda.
Desfile de Pablo Erroz. GABRIEL BOUYS (AFP)Contenido exclusivo para suscriptores
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