Melanie Serrano se enamoró del fútbol cuando era una niña. Con 12 años, la deportista se mudó de Sevilla a Blanes (Girona) junto a su madre y hermana. Lo que a priori fue un cambio duro “porque venía de un mundo diferente”, se convirtió en la clave para su éxito. Dos años después de su llegada a Catalunya, la andaluza recibe la llamada del Barça. “Ese día es inolvidable. Estaba en el colegio con mi compañera Aina. Cuando termino la llamada, empiezo a gritar por los pasillos con mi amiga que me quería fichar el Barça. Lo recuerdo como un día muy bonito”, cuenta con una sonrisa.
La mala conexión entre Blanes y la Masía blaugrana hicieron que Melanie tuviera que convencer a su madre para que le dejara vivir esa experiencia. “Tenía 14 años y tenía que coger un bus desde mi casa hasta la estación de tren. Ahí empezaba mi trayecto hacia Barcelona. Me bajaba en Sants y después tenía que tomar el metro. Me subía en la línea azul hasta Collblanc y caminaba hasta el Miniestadi”, explica. “La mayoría de los días llegaba justa al entrenamiento por lo que además tenía que saltar una valla para llegar puntual”.
Cuando la histórica defensa echa la vista atrás confiesa que “no me costaba nada hacer todos esos esfuerzos porque era mi felicidad”. “El fútbol me evadió de los momentos complicados que viví durante mi infancia”, insiste.
Melanie siempre soñó con la posibilidad de ser futbolista profesional pero jamás pensó que la realidad superaría sus expectativas. “El Barça me presentó un proyecto en el que yo era una pieza muy importante. Querían que la sección femenina de fútbol fuera profesional y que el equipo ganara una Champions”, declara.
Desde su debut como culé en el año 2004, Melanie conquistó un total de 7 títulos de Liga, 8 Copas de la Reina, 2 Supercopas de España y la ansiada copa de Europa. Sin embargo, de lo que más orgullosa se siente ella es “de la persona en la que me he convertido”. “Los valores que me dio el fútbol me han ayudado en mi vida personal, me han ayudad a salir adelante en muchas ocasiones”, apunta.
También se siente muy afortunada de poder vivir el momento por el que pasa el deporte femenino en nuestro país “y ser partícipe de ello”. “Estoy muy cómoda en el rol que tengo de cara a las nuevas generaciones y me siento muy feliz de poder ayudar. Trato de impulsar a las jóvenes jugadoras en su crecimiento como futbolistas y como personas”, explica.
En la actualidad, Melanie es entrenadora en las categorías inferiores del Barça y admite que “es un aprendizaje muy nuevo para mí”. “Intento transmitir los valores del respeto, compromiso y pasión. Creo que son tres pilares fundamentales que las jugadoras tienen que entender que son los que te acercan a tus sueños”, comparte.
En su último año como futbolista profesional, la sevillana se convirtió en madre por partida doble de las mellizas Itzel y Natura, fruto de su relación con Lara Salmerón. “Fue difícil compaginar la vida de deportista profesional con la de madre pero es posible. La ayuda de la gente que te rodea es muy importante. Después de todo lo que he vivido siento que todo es posible con esfuerzo y trabajo diario”, sentencia