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Memphis, el solista del Barcelona


Agarrado a la cintura de Memphis, el Barça resolvió un partido aborrecible contra el Getafe. Los goles del 9 alivian de momento a un equipo sin 10. Los azulgrana no tienen líder, tampoco autoridad ni personalidad, siempre variables en función del rival y pendientes de sus juveniles, que debutan con el paso de los partidos: Gavi siguió a Nico y Demir. Hay que ganar tiempo porque a los que juegan ahora les quema la pelota, conceden goles sin parar, no saben cerrar los encuentros y se entregan a largos ratos de zozobra frente a rivales también por hacer como el Getafe. Al plantel de Míchel siempre le falta alguna cosa para coronar aseadas actuaciones como la del Camp Nou.

Aunque faltaban Piqué y Eric García, el Barça perdió por un momento el miedo que tuvo en San Mamés con el regreso de Ter Stegen, recuperado de su lesión y muy superior a Neto. Jugar sin retrovisor no aumenta la seguridad en un equipo siempre inestable como el Barça. El meta alemán favorece, sin embargo, la salida del cuero y ayuda a los centrocampistas, pocos tan versátiles y con el sentido de equipo de Sergi Roberto. La sensación es que en un momento de incertidumbre, Koeman prefiere de salida a los jugadores que están al servicio del colectivo antes que a individualidades capaces de sorprender como Riqui, Gavi o Coutinho, candidatos a sustituir a Pedri.

Una vez rebajada la nómina de los mejores, de acuerdo al criterio del entrenador se imponen los necesarios, de manera que el técnico premia a Sergi Roberto y Braithwaite. El único futbolista singular que capitaliza el juego es el efectivo Memphis. Así se advirtió nada más comenzar el choque con el 1-0 y después en el 2-1. Lenglet profundizó para el holandés, que abrió hacia la izquierda para Alba y su centro fue rematado por Sergi Roberto después de que Braithwaite dejara pasar la bola ante David Soria. La llegada del volante resultó tan precisa como rápida y limpia fue la jugada trenzada desde la cancha del Barça. El gol de Memphis fue todavía más precioso por la maniobra del 9, aclamado en el febril Camp Nou.

Memphis tomó la pelota recuperada por Busquets y ofreció una jugada en tres actos desde la punta derecha del área de Soria. El control, el regate, la pausa y el tiro seco al poste derecho del portero se combinaron en un palmo de terreno y sin que el delantero moviera una ceja para dar aire al Barça. No había fluidez, ni control, tampoco agresividad en el juego azulgrana y el Getafe estaba atento a las pérdidas de balón, consciente de la vulnerabilidad azulgrana en su área con y sin Ter Stegen. El empate llegó precisamente después de un error barcelonista que propició la pared de Aleñá y Sandro y el gol del delantero canario que pasó por La Masia. La eufórica celebración de Sandro tensionó al Camp Nou.

El alivio de Gavi y Nico

Nada desquicia más a las hinchadas que los goles o las jugadas de los futbolistas que han aplaudido cuando militaban en su equipo y tanto Sandro como Aleñá han vestido durante tiempo la zamarra azulgrana del Barça. El encuentro era incómodo, las interrupciones se sucedían y la falta de ritmo abonaba la siesta de un palco presidido por la atleta campeona Yulimar Rojas y las futbolistas premiadas en la gala europea del jueves en Estocolmo. Míchel agitó la contienda con una zaga de tres centrales y la entrada de Damián. El Barça, sin embargo, efectivo en el remate, continuaba siendo un equipo soso, extraviado y dependiente de Memphis.

No atacaban bien los barcelonistas, lentos y previsibles, y defendían peor, reiterativos en la pérdida del cuero y lastrados por la ausencia de un lateral derecho después de que tampoco funcionara Emerson. El balón y el partido quedó a pies del Getafe, decidido en la presión, muy rematador desde la media distancia, intimidador en la medular y más aposentado en defensa después de reducir las maniobras de Memphis. No hay más salida azulgrana porque ni los rivales reparan ya en Griezmann, más anónimo y esforzado que desequilibrante, alejado del área de Soria. El paisaje exigía la intervención de Koeman y Dest sustituyó al errático Emerson. Aunque defendió mejor, el Barça no se serenó, torpe con el balón y sometido por el Getafe.

La lesión de Braithwaite aceleró la rueda de cambios y Koeman se entregó a dos juveniles: el debutante Gavi, sustituto de Sergi Roberto, y Nico, quien sorprendentemente entró por el danés mientras calentaba Umtiti. La escena retrató la descompensación de la plantilla del Barça. A pesar de que dispone de jugadores para formar hasta tres equipos, a Koeman le cuesta cuadrar una alineación competitiva para un partido de Liga. Nico y Gavi no solo no estropearon más jugadas sino que aplicaron el solfeo de La Masia después de un tramo horroroso en el Camp Nou. A la mejor media hora en años que vio Koeman, contra la Real, el día que se combatió la messidependencia, le siguió seguramente la peor en varias temporadas, ante el Getafe. Nunca se habían contado tantas pérdidas en el Barça.

A pesar del buen hacer de Gavi, el encuentro se mantuvo tan abierto por la falta de solidez que el técnico quitó a Griezmann para poner a Mingueza. Apostó por asegurar el resultado y olvidar el partido con la ayuda del parón de la Liga. Koeman tiene que repensar el Barça del solista Memphis después de aseverar que su equipo supo sufrir ante el Getafe.

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