El presidente afirmó que el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, era el dedo chiquito del expresidente Felipe Calderón y hoy está detenido en Estados Unidos por sus nexos con el narcotráfico.
Fue espontánea y no una idea preparada la mención del narcoestado, una palabra que empezó a mencionarse desde hace 10 años, cuando Calderón Hinojosa declaró la guerra a la delincuencia organizada, explicó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“No crean que yo vengo aquí ya con ideas analizadas, yo vengo aquí a hablarles de manera sincera, a decirles lo que siento, lo que conozco, lo que es mi experiencia”, dijo durante la conferencia matutina.
“Se me salió así lo del narcoestado, porque, en efecto, escritores, analistas, intelectuales que simpatizan con nuestro movimiento, desde que empezaron estas políticas de querer resolver el problema de la inseguridad mediante el uso de la fuerza, se empezó a hablar de un narcoestado”, agregó.
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El primer mandatario sostuvo que, al inicio, pensaba que estas personas estaban “volando”, pues el término le parecía desproporcionado.
No obstante, al saber que la persona que estaba a cargo de la seguridad del país servía a las bandas del crimen organizado, cambió su forma de ver las cosas.
“Es como si uno de estos jefes hubiese estado de vicepresidente de la República, porque ese señor que está detenido en Estados Unidos era el dedo chiquito de Felipe Calderón y resulta que está acusado de recibir sobornos por estar al servicio de una de las bandas del narcotráfico”, manifestó.
En la mañanera del lunes, López Obrador afirmó que por todo lo que está saliendo a relucir con el caso del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, sí se podría hablar de que en México había un narcoestado, porque el gobierno estaba al servicio de la delincuencia.
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“Mandaba la delincuencia, tenía una gran influencia, era la que decidía a quién perseguir y a quién proteger. Esto tiene que atenderse para que no se repita nunca jamás”, externó.