El ministro de Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo, participa de la reunión de cancilleres del Mercosur, el 20 de julio de 2022 en Asunción.NORBERTO DUARTE (AFP)
Los presidentes de los países miembros de Mercosur participarán este jueves en Asunción de una cumbre deslucida por las ausencias y marcada por la tensión política. La decisión de Uruguay de avanzar en un tratado comercial con China sin la anuencia del resto de los socios -Argentina, Brasil y Paraguay- ha dilapidado una agenda que, en principio, estaba centrada en las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, sobre todo la inflación. Las diferencias entre presidentes impidieron, incluso, que el ucraniano Volodímir Zelenski intervenga por videoconferencia, como él mismo había solicitado. “No hubo consenso. Se le comunicó al embajador de Ucrania en Argentina concurrente en Paraguay. El propio canciller hizo la comunicación”, dijo Raúl Cano, viceministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, el país anfitrión.
Zelenski se comunicó la semana pasada con su par paraguayo, Mario Abdo Benítez, en su calidad de presidente pro tempore del bloque regional, para solicitarle un espacio de participación virtual dentro de la cumbre. Cualquier decisión dentro de Mercosur se toma por consenso, es decir, basta la negativa de uno de los aliados para que una moción fracase. Este ha sido el caso, según explicó el vicecanciller Cano, quien se excusó de dar el nombre del país que rechazó la presencia del presidente ucraniano. “Quiénes a favor y quiénes en contra, no sé cuál Estado no estuvo de acuerdo. Tampoco podemos divulgar el Estado que no dio su anuencia”, dijo Cano.
Donde sí hubo acuerdo fue en un asunto que lleva años de discusiones políticas: la bajada del Arancel Externo Común (AEC) que pagan los socios por productos extrazona. En la reunión del Consejo del Mercado Común, celebrada este miércoles en la sede de la Conmebol en Luque, a las afueras de Asunción, se definió que los productos con un arancel de 2% pasan a 0%, y aquellos con uno de entre 4 y 14% lo reducen en un 10%. A modo de ejemplo, el viceministro Cano explicó que una posición con una alícuota del 4% pasará a pagar 3,6%.
La reducción era un viejo reclamo de Brasil, que ya en 2019 había propuesta bajar el AEC en un 50%. Chocó con la intransigencia de Argentina, que argumenta que una apertura semejante atenta contra el desarrollo de su industria local. Pero en octubre del año pasado, Buenos Aires finalmente cedió y aceptó un 10% de reducción. Ahora ha aceptado otro 10%, en línea con los deseos del resto de los socios, que exigen más flexibilidad y una mayor apertura comercial.
Una cita con ausencias
La cita de este jueves será la primera presencial del bloque tras la pandemia. Se esperaba como un gran evento, pero las tensiones internas empañan las expectativas de grandes anuncios. Ni siquiera llamará la atención la confirmación de un acuerdo comercial con Singapur o la rebaja del AEC. El brasileño Jair Bolsonaro ya adelantó que no viajará a Asunción como repudio a Uruguay. Pero no será el único que faltará a la foto de familia. Atentos a las tensiones internas, el chileno Gabriel Boric y el boliviano Luis Arce suspendieron su participación, a la que tenían derecho como presidentes de países asociados el bloque. Estarán, en cambio, el argentino Alberto Fernández y el uruguayo Luis Lacalle Pou, promotor de la discordia.
El miércoles de la semana pasada, Lacalle Pou anunció en una rueda de prensa en Montevideo que su país había concluido “el trabajo con China”. “Llegamos a un acuerdo beneficioso para los países y empezará la negociación de Tratado de Libre Comercio. No queremos avanzar solos, pero Uruguay no estaba dispuesto a quedarse quieto. Seguramente sea motivo de conversaciones en la próxima cumbre”, anticipó.
Según la lectura de Argentina, Brasil y Paraguay, la medida anunciada por Uruguay viola uno de los principios firmados en el tratado fundacional de Mercosur, que impide a cualquiera de los países miembro negociar tratados de libre comercio extrazona sin el aval del resto. Uruguay discrepa con esa lectura, como ya lo había manifestado en la cumbre de presidentes de marzo de 2021, cuando el argentino Fernández recomendó a Uruguay “dejar el barco” si consideraba al bloque “un lastre” a su desarrollo económico. La sangre no llegó entonces al río, pero Montevideo continuó con sus negociaciones con Pekín.
El brasileño Bolsonaro, que defiende mantener la cláusula que impide la bilateralidad, respondió a Uruguay con su ausencia. “Dije que no voy a ir. En política puedes dar marcha atrás en algunas cosas, pero mi decisión hasta ahora es no ir al Mercosur, a pesar del llamado de Marito [Abdo Benítez]”, explicó Bolsonaro en una entrevista a la CNN el pasado jueves. El canciller de Paraguay, Federico González, confirmó este miércoles la ausencia del brasileño, pero le bajó el tono. “Siempre en todo evento de cumbre, o de reuniones internacionales, está la factibilidad de la no concurrencia de alguno o de más de uno”, dijo, “y la posición de Brasil, que es similar a la de Paraguay, es que siempre tenemos que negociar en bloque los cuatro”.
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