El mensaje lanzado este sábado por la canciller, Angela Merkel, a los alemanes evidencia la preocupación de las autoridades ante el repunte de contagios por el coronavirus de los últimos días. “Reduzcan el número de personas con las que se ven dentro y fuera de casa. Eviten los viajes que no sean realmente necesarios, las fiestas. Quédense siempre que sea posible en su casa o en su lugar de residencia”, pidió Merkel en su videomensaje de los sábados. “Cada día cuenta”, recordó. Este llamamiento coincide con las vacaciones escolares de otoño, lo que ha dado pie a una intensa polémica sobre la conveniencia de restringir los viajes dentro de Alemania.
En las últimas 24 horas, Alemania ha registrado 7.830 nuevos casos y 33 muertos, según los datos del Instituto Robert Koch. La cifra de contagios es la más alta desde el inicio de la epidemia y supone un fuerte aumento consecutivo en los últimos tres días. Tras semanas de un crecimiento moderado de los contagios, la canciller alemana ha asegurado esta semana que Alemania ya se encuentra en fase de crecimiento exponencial del virus. En total, Alemania con 83 millones de habitantes, registra 356.387 casos desde la pasada primavera y 9.767 muertes, según el Robert Koch, el instituto de referencia epidemiológica.
Merkel, científica de formación, aseguró este sábado que “la ciencia nos lo dice con claridad: la propagación del virus depende directamente del número de contactos que mantengamos, de los movimientos de cada uno”. Por eso, pidió a los alemanes que reduzcan el número de encuentros lo máximo posible, como la medida más efectiva para frenar el incremento exponencial y poder seguir el rastro a la cadena de contagios para interrumpirla. “Si cada uno de nosotros reduce durante un tiempo los contactos fuera de nuestras familias, entonces, podemos parar la tendencia del crecimiento”, indicó la canciller en un mensaje firme, pero carente de alarmismos.
Alemania había sido hasta ahora un modelo de gestión de la epidemia, con un número comparativamente bajo de muertos y sin que los servicios de salud hayan llegado a colapsarse en ningún momento. Las autoridades temen que eso pueda cambiar en los próximos días, si los servicios de salud públicos se ven desbordados a la hora de seguir el rastro a los contagios. La llegada del invierno y las bajas temperaturas hacen temer además un pico de contagios, cuando los ciudadanos pasen más tiempo en interiores y menos al aire libre. “Tenemos meses difíciles por delante”, vaticinó la política conservadora, cuya gestión de la crisis ha sido hasta ahora muy valorada por los alemanes, según las encuestas. Merkel recordó el sábado que la llamada primera ola se superó con relativo éxito gracias a la unidad de la sociedad y al cumplimiento de las reglas.
Navidades
Cómo vaya a ser este invierno y estas navidades, advirtió Merkel, “lo estaremos decidiendo en los próximos días y semanas con nuestro comportamiento. Hay que hacer todo lo posible para que el virus no se propague de forma incontrolada”.
En Alemania, las autoridades regionales y federales pactaron adoptar las primeras restricciones cuando un municipio supere los 35 nuevos casos en una semana por cada 100.000 habitantes. Los municipios que acumulen más de 50 casos son considerados zona de riesgo y sus responsables políticos se han comprometido a adoptar medidas como la reducción del número de personas que pueden juntarse o el cierre de la hostelería a partir de las once de la noche.
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