Una mujer muestra la hora en Tamaulipas, México.Christian Serna (CUARTOSCURO)
México ha dado este jueves un paso fundamental para acabar con el horario de verano de manera definitiva. Los diputados de la Cámara han dado un amplio apoyo a la iniciativa presentada el pasado mes de julio por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. El Senado será ahora el encargado de debatir la validación final para eliminar una reforma que se aprobó en 1996.
La iniciativa para eliminar el cambio de hora ha tenido un apoyo holgado de la Cámara Baja: 445 diputados han votado a favor, 33 han presentado su abstención y tan solo ocho se han mostrado en contra. El horario de verano ha causado polémicas en los diferentes gobiernos desde su establecimiento hace 26 años: desde 2002, se han presentado 34 iniciativas de ley para establecer un horario estándar en el territorio nacional.
De tener una validación final, el cambio supondría que las mañanas en México fueran más luminosas y las tardes más oscuras, como pasa en invierno. A pesar de que el horario sería común en gran parte del territorio mexicano, existen tres excepciones: los Estados de Quintana Roo y Sonora, que mantendrían sus horarios inalterados debido a motivos turísticos y económicos respectivamente; y los 33 municipios de la franja fronteriza del norte, cuyo horario está sincronizado a las zonas del sur de Estados Unidos.
El Ejecutivo de López Obrador consigue así un apoyo sustancial para la iniciativa presentada el pasado 5 de julio. La Secretaría de Gobernación presentó entonces una encuesta en la que señalaba que el 71% de la población mexicana estaba en contra del horario estival.
La diputada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Raquel Bonilla, ha señalado momentos antes de la votación que este horario es un ejemplo de una copia “errónea” de las políticas de otros países. “Desde 1996 con el discurso se aprovecha más el día se implementó el horario de verano, que puede que haya funcionado en otros países, pero no en México”, ha añadido Bonilla.
La iniciativa ha estado en constante discusión ante la supuesta ineficacia en el ahorro de energía y las posibles afecciones a la salud. Este argumento, de hecho, fue el utilizado por el Gobierno en el momento de la presentación de la reforma. La secretaria de Energía, Rocío Nahle, indicó que “la falta de sincronización con el medio ambiente” causa “problemas físicos y mentales en el sistema nervioso”. Los datos del Gobierno aseguran que, desde 1996, el cambio de horario de verano solo ha contribuido en un 1% de ahorro energético anual.
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