Para evitar un colapso de las instituciones que atienden el tema, México debe buscar alternativas a la detención y asilo de migrantes, especialmente cuando se espera que continúe la llegada de grandes flujos, dijo el viernes el representante en el país de la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Giovanni Lepri.
El año pasado, el país registró un récord de 131 mil 448 solicitudes de refugio, un 87% más que la cantidad reportada en 2019, y las autoridades esperan que la cifra siga creciendo este año debido entre otros problemas a las dificultades económicas causadas por la pandemia de coronavirus.
“Creemos que hay que ser bastante creativos en diversas iniciativas de políticas públicas y seguramente la contención, la detención, la devolución y el asilo no son suficientes, hay que buscar soluciones adicionales para un fenómeno que no va a parar”, explicó Lepri en una entrevista con Reuters.
Como ejemplo destacó el reciente incremento en la llegada de venezolanos al país vía terrestre y dijo que en enero creció el número de nacionalidades de los migrantes, incluyendo países de otros continentes. En el pasado, la mayoría de los flujos de personas que cruzaban el territorio provenían de Centroamérica y Haití.
A fines del mes pasado, México comenzó a pedir visa a visitantes venezolanos, en un momento en que la nación hace esfuerzos para frenar la migración indocumentada que busca ir a Estados Unidos y aumentó la detención de personas.
Lepri advirtió que las autoridades mexicanas enfrentan “desafíos grandes” ante el creciente problema, que ha llegado a saturar a las instituciones de ayuda de los migrantes ante la gran cantidad de peticiones de asilo, pero agregó que aún existe margen para resolver la situación.
“México es un país de casi 130 millones de habitantes, una de las 15 más grandes economías del mundo, es un país que tiene la capacidad de contribuir al esfuerzo regional de manera bastante imperante”, sostuvo.
Si bien la mayoría de los migrantes que arriban al país pretenden llegar a Estados Unidos como destino final, una buena parte de ellos también buscan refugio y protección en México; no obstante, suelen ser víctimas de diversos delitos e incluso mueren en la peligrosa travesía.
Reuters
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