La construcción de infraestructura en México para dar un empujón al crecimiento económico comenzará en breve. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado este martes un Plan Nacional de Infraestructura de 42.000 millones de dólares para los próximos cinco años de su Gobierno, en el que la participación de la iniciativa privada será primordial. El programa contempla 147 proyectos en obras de carreteras, aeropuertos, puertos, ferrocarriles y telecomunicaciones. En las últimas semanas, la Administración ha evaluado los proyectos para dar prioridad a aquellos que puedan comenzar tan pronto como el próximo mes, ante la urgencia de levantar las perspectivas de crecimiento del país latinoamericano.
El Plan Nacional de Infraestructuras había elevado en los últimos meses las expectativas sobre las intenciones del Gobierno de López Obrador para echar a andar a un sector de vital importancia para el crecimiento económico del país. La sensación de premura aumentó tras conocerse que el sector de la construcción en México cayó un 10,2% en el último año, el descenso más profundo desde 2013. Además, el estancamiento de la economía en los últimos nueve meses y los síntomas de una recesión, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), también han empujado al Gobierno mexicano a acelerar las inversiones. Este gran plan junto con el arranque del nuevo Tratado de Libre Comercio (T-MEC) —todavía pendiente de la aprobación del Congreso de Estados Unidos— son las dos bazas de la Administración de López Obrador para activar la economía.
El anuncio también marca un cierre de filas entre el presidente mexicano y el sector privado de la construcción que se vio trastocado por la cancelación del aeropuerto de Ciudad de México, hace un año, cuando la obra ya estaba avanzada un 30%. López Obrador ha reunido en su conferencia matutina a un centenar de empresarios para mostrar su disposición para encargarles los proyectos de obra pública de su Gobierno. “Esta es una expresión de que ustedes como empresarios tienen dimensión cívica y social, que los empresarios de México no solo tienen como objetivo la obtención de utilidades, sino que están preocupados por el desarrollo del país”, dijo el presidente.
Está previsto que en 2020 sean 72 proyectos los que empiecen a ser construidos. Entre ellos están la ampliación del puerto de Dos Bocas, en el Estado de Tabasco, donde ya se construye una refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex); la expansión y remodelación de 17 aeropuertos, principalmente, del sur y sureste del país; el desarrollo de diversas carreteras en el Bajío; y una segunda autovía de doble entrada al norte de la capital. Entre 2021 y 2022 se estima que 41 obras más se sumarán al plan, y entre 2023 y 2024 otros 34 proyectos. Las propuestas para dinamizar la infraestructura en energía y salud se anunciarán en enero.
La naturaleza del Plan ha llevado al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y al Consejo Mexicano de Negocios (CMN) a llevar las riendas de la propuesta para organizar al sector empresarial. Una parte de los proyectos, incluso, serán planteados por los empresarios al presidente y si estos “no generan nueva deuda pública” tendrán la aprobación del Gobierno de López Obrador. Carlos Salazar, presidente del CCE, explicó que esta alianza permitirá acelerar el avance de los proyectos de construcción, sobre todo dijo, cuando existan obstáculos burocráticos. “Este acuerdo implica un llamado también a los señores empresarios que están aquí presentes a que nos unamos con la autoridad y tratemos de facilitar, de promover, de prestar las mejores ideas, de que emprendamos realmente la posibilidad que se nos está brindando de construir infraestructura para el país y que de alguna manera tenga las consecuencias favorables que visualizamos”, mencionó Salazar.
El presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera, aseguró que la banca cuenta son suficientes recursos para financiar a los constructores que participen en el Plan. El lunes, la presidenta del Grupo Santander, Ana Botín, adelantaba que esa institución podría ofrecer 5.000 millones de dólares para las inversiones en infraestructura en México. El visto bueno al Plan de Infraestructura también lo dio Carlos Slim, presidente del Grupo Carso y el hombre más rico de México, quien desde la primera fila aplaudió las palabras del presidente. “Es fundamental para el crecimiento económico”, dijo a la prensa tras salir de Palacio Nacional.
Una de las obras contempladas en el plan es terminar el tren interurbano entre Ciudad de México y Toluca, un proyecto que comenzó durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto pero que quedó inconcluso. La vía fue parte del Plan Nacional de Infraestructuras de 2013 en el que el expresidente prometió una inversión de 300.000 millones de dólares.
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