México ha relajado este lunes la normativa sobre la prohibición del uso de maíz transgénico en el país, según ha explicado la Secretaría de Economía (SE) a través de un comunicado. Entre las últimas modificaciones dictadas en un nuevo decreto, acota que el veto al maíz transgénico afectará exclusivamente a su uso para el consumo humano (“la masa y la tortilla”), pero que “no representará afección” en su utilización comercial ni en las importaciones. Además, elimina la fecha límite para poner fin a la utilización de la semilla transgénica “para el forraje y la industria”, que se tenía fijado para enero de 2025.
La decisión del Gobierno mexicano llega apenas tres días después de que Estados Unidos exigiera a México una explicación sobre los fundamentos científicos en los que sustentaba su veto al maíz transgénico, estableciendo como fecha límite de respuesta el martes 14 de febrero. En este contexto, la autoridad establece “explícitamente” que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) realizará investigaciones científicas sobre los posibles impactos del maíz transgénico en la salud humana.
Las acotaciones establecidas por el Ejecutivo mexicano puntualizan que el uso de maíz transgénico solo estará prohibido para el consumo humano, un punto que no quedaba claro en el decreto inicial. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha tratado de prohibir la utilización del maíz transgénico en el territorio desde el pasado 31 de diciembre de 2020, fecha en la que se estableció la normativa para proteger el maíz nativo y la salud de la población frente a los agroquímicos. “Si se tiene que decidir entre la salud y el mercantilismo, elegimos la salud”, afirmaba el mandatario en una de sus conferencias mañaneras.
La Administración considera que la prohibición del uso de maíz genéticamente modificado para el consumo humano no afecta a las exportaciones ni a las importaciones. “México es de sobra autosuficiente en la producción de maíz blanco libre de transgénicos”, expone en el comunicado. A pesar de la autosuficiencia de maíz blanco, el país latinoamericano depende de las importaciones para cubrir tres cuartas partes de sus necesidades de grano amarillo, utilizado principalmente para el forraje de animales y en cuyo cultivo se utilizan transgénicos.
El impacto de una posible eliminación del uso del maíz transgénico en el país supondría un fuerte impacto para el comercio con EE UU en esta materia, ya que México es su principal comprador. En 2021, la importación desde EE UU se cifró en 16,8 millones de toneladas, por un valor de 4.700 millones de dólares. En su gran mayoría, el maíz adquirido por México fue amarillo.
Las nuevas acotaciones establecidas por el Ejecutivo mexicano puntualizan que el uso de maíz transgénico solo estará prohibido para el consumo humano, un punto que no quedaba claro en el decreto inicial. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha tratado de prohibir el uso del maíz transgénico en el territorio desde el pasado 31 de diciembre de 2020, fecha en la que se estableció la normativa para, según el Gobierno, proteger el maíz nativo y la salud de la población frente a los agroquímicos.
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