Más de 15 organizaciones de derechos humanos y 300 personalidades han firmado un comunicado en el que piden la libertad provisional y un “juicio justo” para dos periodistas presos en Marruecos, acusados de delitos de índole sexual. Se trata del columnista Suleimán Raisuni, de 48 años, quien se encuentra en huelga de hambre desde el 8 de abril. Y de Omar Radi, de 34 años, que inició otra huelga de hambre el 9 de abril y la suspendió el pasado viernes. Ambos permanecen en prisión preventiva desde hace 11 y 9 meses, respectivamente. Los dos se encuentran aislados en sendas celdas de la cárcel de Ukacha, en Casablanca. Ambos han sido acusados por delitos sexuales que ellos niegan al tiempo que reclaman un juicio justo.
Entre las organizaciones que firman el escrito se encuentran Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), la de mayor relevancia en Marruecos. Y entre las personas que han firmado la demanda se encuentran Ismail Alaoui, de 81 años, y Mohamed El Jalifa, de 82 años, que fueron ministros en los 2000. También suscribe la petición Bachir Ben Barka, hijo del legendario opositor socialista marroquí Mehdi Ben Barka.
Este mensaje se suma a una tribuna publicada el 21 de abril en Le Monde donde una quincena de intelectuales franceses apoyaban a los dos periodistas citados junto a otros encarcelados y procesados en Marruecos. Apelaban al presidente francés Emmanuel Macron a intervenir ante el rey Mohamed VI para que adopte una “decisión de clemencia”.
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Driss Radi, padre de Omar, indicó a este diario: “Mi hijo ha perdido 17 kilos. Y después de suspender la huelga se han intensificado las diarreas y las hemorragias”. Por su parte Hajar Raisuni, sobrina de Suleimán, señala por teléfono desde Sudán: “Mi tío ha perdido 25 kilos desde que entró en la cárcel. Y 10 kilos desde el inicio de la huelga. Tiene un déficit de potasio por la protesta”.
La sobrina de Raisuni explica que su tío está decidido a continuar la huelga hasta que salga en libertad provisional y le prometan un juicio justo. “Pero, desgraciadamente, no vemos que haya ningún signo de cambio en materia de derechos humanos. Eso nos hace temer por su vida, porque él insiste en seguir con la huelga”, concluye.
Hajar Raisuni, de 31 años, es una antigua periodista del diario Ajbar al Yaum, diario en el que trabajaba también su tío. Fue condenada a un año de cárcel en 2019 por un supuesto aborto que ella negó. El rey Mohamed VI la indultó cuando había pasado dos meses en la cárcel, después de que se desencadenara una fuerte campaña internacional en su defensa.
Difusión en Estados Unidos
El caso de su tío y de Omar Raisuni ha llegado a medios de gran difusión que no suelen prodigarse en informaciones sobre Marruecos. Así, el diario The Washington Post publicó un editorial el pasado 30 de abril en el que criticaba la decisión que adoptó el antiguo presidente Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. La decisión, según el diario, ha sido una “injusta e innecesaria” recompensa a un régimen que “se ha vuelto más autocrático”.
El medio estadounidense añadía que varios periodistas y activistas marroquíes han sido procesados por criticar al rey o desvelar la corrupción. Y citaba el caso de Raisuni y Radi. “Deberían ser liberados antes de que el régimen obtenga más favores políticos de Estados Unidos”, concluía el editorial.
Mientras tanto, Fatiha Cherribi, la madre de Omar Radi, hizo un llamamiento en las redes para convocar una sentada el 2 de mayo en Casablanca en apoyo de su hijo. La protesta, sin embargo, fue dispersada por la policía. Driss Radi señala: “Decenas de agentes cerraron la plaza Maréchal, en el centro de la ciudad, para impedir a los participantes el acceso. Al menos pudimos marchar durante 20 minutos”. Un activista escribió en Twitter: “¡Una simple sentada de solidaridad de ciudadanos y padres con los prisioneros políticos hace temblar al Makzén [el Estado con verdadero poder] hasta el punto de dispersarla!”.
Raisuni fue denunciado en mayo de 2020 por un joven que le acusó de haber intentado abusar sexualmente de él dos años antes. En cuanto a Radi, una publicista compañera de trabajo le acusa de haberla violado durante una noche del pasado julio. El acusado, sin embargo, sostiene que la relación fue consentida. La Fiscalía también le imputa haber mantenido contactos con la inteligencia británica.
Varias organizaciones humanitarias, como Human Rights Watch y Reporteros Sin Fronteras reclaman un juicio justo al tiempo que acusan al régimen marroquí de utilizar las denuncias de delitos sexuales para reprimir a los periodistas críticos.
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