Michelle Bachelet: “De los 12 países que mejor enfrentaron la pandemia, nueve están manejados por mujeres”


El escritor estadounidense Paul Auster y la mexicana Valeria Luiselli.Agencia GettyHa sido una de las discusiones más políticas del Hay Festival de Querétaro. El escritor estadounidense Paul Auster y la mexicana Valeria Luiselli han analizado este viernes las normas migratorias de Donald Trump, la creciente xenofobia que se respira en ese país y el papel de los intelectuales de cara a las elecciones de noviembre, en las que el republicano aspira a repetir mandato. Auster ha afirmado su papel de activista para intentar lograr un cambio en su país. “Estamos en una situación muy difícil. Hace diez años nadie podría haber predicho esto en Estados Unidos. Lanzamos un mensaje de emergencia, sobre todo a los jóvenes: salgan y voten”, ha dicho el laureado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006.Ninguno de los dos escritores se anduvo por las ramas a la hora de criticar al Gobierno de Trump. De hecho la periodista Ingrid Bejerman, moderadora de la mesa, puso en discusión uno de los temas más interesantes de la noche: cuál debe ser el rol de los intelectuales en momentos cuando se ponen en riesgo las libertades, la democracia, los derechos humanos. A Auster le faltó tiempo para establecer su posición. Dijo que los “escritores escriben, pero también son ciudadanos” y por lo tanto les afectan las decisiones que toman los políticos como al resto de la sociedad. Escandalizado por el deterioro político en su país, el escritor se ha integrado a un grupo denominado Escritores contra Trump que reúne a novelistas, poetas, intelectuales de todas la etnias, preferencias sexuales y edades. “Nuestro enfoque en este momento es preguntarnos qué queremos hacer, no intentamos persuadir a un votante de Trump para cambiar su voto, sino hacer que la gente joven vote, los que se sienten frustrados, los que no sienten que ha habido progreso. Estamos en una situación muy difícil”, ha explicado el autor de El Palacio de la Luna.Ese mismo compromiso lo comparte Luiselli, quien ha documentado el maltrato de las autoridades estadounidenses a los niños migrantes y es crítica también de la situación en la que viven quienes llegan a Estados Unidos buscando una vida mejor, principalmente los hispanos. “Nos vamos dirigiendo con una velocidad tan rápida a este autoritarismo, a un sistema de encarcelación masiva, centros de detención, con niños, me pregunto dónde está la frontera entre autoritarismo y el fascismo. Es urgente que los intelectuales pasen a un activismo más radical para tener éxito, más allá de dar nuestras opiniones, pensar qué vamos a hacer para salir juntos de este caos”, ha propuesto la autora de Los niños perdidos.Luiselli ha mostrado su indignación al maltrato del que son víctimas los migrantes, sobre todo sus compatriotas mexicanos. “Vivo en confrontación y muy frustrada por cómo nos ven y cómo nos tratan a los mexicanos aquí en Estados Unidos”, ha dicho. Una frustración comprensible para Auster, quien ha replicado: “Estados Unidos es un lugar contradictorio. Pareciera que este país no quiere a nadie. Aún así la gente sueña con venir”.“Los hispanos han tenido presencia en Estados Unidos desde mucho antes de que se considerara un país y aún así se sienten como extraños. Curiosamente este es el segundo país con el mayor número de hispanohablantes después de México. Los mitos fundacionales de Estados Unidos no son inclusivos, porque no toman en cuenta la presencia hispana. Es un país contradictorio y una parte de esa contradicción debe resolverse, debe de integrarse la presencia de diferentes identidades en Estados unidos”, ha explicado Luiselli.Las críticas también han ido al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su política migratoria. “El Gobierno de México le ha seguido el juego a Estados Unidos, ha creado campos donde encierran a los migrantes”, ha dicho la escritora en referencia a la política de mano dura que la Administración mexicana ha impuesto en el ámbito migratorio, con un aumento del 40% de las detenciones de migrantes en la frontera entre ambos países.Luiselli no esconde su temor al resultado electoral de noviembre, con un Donald Trump logrando un segundo mandato. Ese miedo, dice, viene de ver cómo los supremacistas blancos se han envalentonado durante esta Administración y el temor de lo que puedan llegar a hacer de perder la elección. Es por eso, ha agregado, que mantiene su activismo incluso con los más jóvenes, usando los libros como una herramienta de cambio social: “Les doy a los estudiantes literatura para encender la mecha, para que salgan a votar”.


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