Gerardo Suárez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, descartó explosiones en las obras que se realizan en el Metro, como acusan algunos vecinos.
Los microsismos que se han registrado en los últimos días, principalmente en las alcaldías Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo, son propios de la zona y no tienen relación con obras en la Línea 12 del Metro ni con el volcán Popocatépetl, afirmó Gerardo Suárez, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista para Aristegui En Vivo explicó que obras como las de la Línea 12 u otras construcciones urbanas no afectan más allá de 40 metros de profundidad mientras que la de estos sismos ronda los 3 kilómetros.
“No hay una correlación entre una y otra. Es actividad propia de la zona donde vivimos y sismos pequeños como estos hay a lo largo de toda la parte central de nuestros país”, abundó.
Al referir que antes de que ocurriera el temblor los vecinos oyeron una explosión, la cual atribuyeron a las obras de la Línea 12, el experto afirmó que antes de un microsismo es común escuchar un ruido, “que es producto del rompimiento de las rocas en las fallas geológicas”.
Gente de colonias aledañas (America, Daniel Garza) a la obra de la Línea 12 del @MetroCDMX vinieron a amotinarse del sitio donde se hacen escavaciones en col COVE #Sismo #cdmx @AlcaldiaAO pic.twitter.com/BlorshgCCS
— Alfonso Flores (@lafmex) July 17, 2019
“En realidad no se usan explosivos en las Línea 12“, aseguró.
El investigador de la UNAM también descartó al posible relación entre los movimientos telúricos reportados y la actividad del volcán Popocatépetl.
“No hay nada atípico. No es la primera vez que lo vemos. Son poco frecuentes. Por ejemplo, en 1981, que es el último emjambre, que es como se le llaman a estos grupos de sismos pequeños, ocurrió más al centro de la ciudad, por la zona de Mixcoac, pero fue también algo que causó mucha preocupación, obviamente por como lo sienten las personas que están cerca”, agregó.
Por otra parte, Suárez señaló que existe la inquietud de que la energía acumulada en la brecha sísmica de Guerrero se libere, aunque no se puede predecir cuándo sucederá esto.
Comentó que en el caso de un sismo en Guerrero la alerta se activaría, porque “cuando son lejanos, el aviso de que viene una onda sísmica de gran magnitud llega antes a la ciudad” que el movimiento.
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Sin embargo, apuntó, para estos sismos pequeños en la Ciudad de México pues no hay nada, porque tardan una fracción de segundo entre que se originan y llegan a la superficie.
