Esta madrugada una fuerte tormenta sorprendió a los migrantes de la caravana que pasaron la noche en Oaxaca, México.
Sin embargo, ni siquiera eso impidió que siguieran su camino hasta llegar a la comunidad de Acayucan en Veracruz.
A tempranas horas del día la carretera se veía llena de migrantes que caminaban sobre los charcos de agua tras la tormenta que cayó en la zona.
Como Sergio Cáceres un migrante hondureño que viaja en compañía de un buen samaritano que conoció en la caravana, cuenta que si no fuera por él sus sueños de llegar a la frontera Norte se hubieran derrumbado.
“Yo tengo 20 años de estar así discapacitado, no tengo trabajo y mi familia es muy pobre”, dijo Sergio Cáceres quien depende de su silla de ruedas para trasladarse.
Un accidente lo dejó sin movimiento en la columna vertebral. Él se unió a la caravana con sus dos hermanos, pero hace una semana ellos decidieron regresar y se quedó solo.
“Ese de la camisa rayada es el que viene empujando mi silla desde allá”, dijo Sergio.
Por suerte conoció a este joven a quien apodó “el chino”, juntos se acompañan en el trayecto que confían los lleve a una vida mejor.
“Diosito es el que nos pone a las personas buenas”, comentó Sergio.
Al igual que ellos para muchos otros migrantes el camino de hoy fue difícil, ya que casi no han dormido debido a la lluvia de anoche.
Por si fuera poco cuentan que los relámpagos les provocaron miedo y se refugiaron en cualquier techo que encontraron, mientras que tros se preocupaban por las culebras que aseguran salían de la hierba donde se paraban a descansar.
“Estaban diciendo que había muchas culebras, por eso nosotros decidimos continuar el camino porque ahí había mucha maleza”, dijo María Santos Pérez, migrante hondureña.
Debido a esa misma inquietud no quisieron detenerse en Donají, donde se anticipaba que fuera la primera parada; unos continuaron caminando y otros pidiendo aventón hasta la localidad de Acayucan en el estado de Veracruz.
“Hay mucho temor en las personas, por lo de los carteles pero siempre nosotros confiamos en dios y tratamos de venir unidos”, comenta Denis Colindres.
En Veracruz el plan es seguir el trayecto hasta la ciudad de México. Aseguran que van guiados por una mano invisible que los ayuda a seguir unos a otros y aunque aún no deciden a cual frontera llegar, sí saben que deben mantenerse unidos.
En total hoy recorrieron unos 130 kilómetros a comparación de otros días que solamente eran unos 50 por día.
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