La Habana y Washington han vuelto al lenguaje de la confrontación directa, iniciando una nueva escalada diplomática tras las inéditas protestas que el domingo sucedieron en La Habana y otras ciudades y pueblos de Cuba, que han conmocionado a la sociedad. El líder del régimen cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó este viernes a Washington de haber “fracasado en su empeño de destruir a Cuba” pese a haber “malgastado miles de millones de dólares” para conseguirlo. Con esas palabras respondió al presidente estadounidense, Joe Biden, quien en la víspera dijo que la isla es un “Estado fallido que reprime a sus ciudadanos”.
Más información
Las protestas iniciadas el domingo en la capital cubana y decenas de localidades, que derivaron en incidentes violentos en diversos lugares y se saldaron con un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos, son las mayores ocurridas en Cuba desde los años noventa, cuando otra grave crisis —la del Periodo Especial— provocó enfrentamientos en las calles de La Habana durante el llamado maleconazo. Otra vez ha sido la agudísima situación económica y las penurias, agravadas por la epidemia de coronavirus, las que alimentaron el malestar e hicieron que en diversos lugares la gente se manifestara en las calles.
El Gobierno cubano ha acusado directamente a Estados Unidos de instigar las protestas y manipular las redes sociales para fomentar un alzamiento, como parte, según su opinión, de un guion desestabilizador que comenzó hace mucho tiempo con las sanciones al régimen y la asfixia económica resultante. La llegada de Biden a la Casa Blanca hizo albergar a La Habana esperanzas de que la situación con EE UU mejoraría y que el mandatario recuperaría la política de deshielo impulsada por Barack Obama. Pero seis meses después, la Administración de Biden no ha eliminado las penalizaciones impuestas por la Administración de Trump, y lo sucedido ahora vuelve a alimentar la beligerancia bilateral de los viejos enemigos de la guerra fría.
Díaz-Canel utilizó su cuenta en Twitter para publicar un largo hilo de defensa y ataque a Washington. “Estados Unidos ha fracasado en el empeño de destruir a Cuba”, escribió el presidente cubano, rechazando la calificación de Estado fallido. “Un Estado fallido es aquel que para complacer a una minoría reaccionaria y chantajista, es capaz de multiplicar el daño a 11 millones de seres humanos ignorando la voluntad de la mayoría de los cubanos, estadounidenses y la comunidad internacional”, dijo, en referencia al embargo económico que pesa sobre la isla desde hace 60 años y el reforzamiento de las sanciones durante el mandato de Donald Trump. “Si el presidente Joseph Biden tuviera sincera preocupación humanitaria por el pueblo cubano, podría eliminar las 243 medidas aplicadas por el presidente Donald Trump, incluidas las más de 50 impuestas cruelmente durante la pandemia, como primer paso para el cese del bloqueo”, escribió Díaz-Canel.
Según el mandatario cubano, “en EE UU, por ineficacia de su Gobierno, no pudieron salvarse muchos de los fallecidos por covid-19”, y dijo que Washington “tiene un vergonzoso récord de guerras y violencia; brutal represión y asesinatos de ciudadanos por la policía; racismo y violaciones de derechos humanos”.
El jueves, Biden dijo que su Gobierno estaba evaluando si tiene la capacidad tecnológica para restablecer la conexión a internet en Cuba, que el régimen ha cortado tras las movilizaciones. El presidente estadounidense dedicó a Cuba buena parte una rueda de prensa en la Casa Blanca con motivo de la visita de la canciller alemana, Angela Merkel. Biden dijo que su país está dispuesto a enviar vacunas al país caribeño para aliviar los padecimientos de la población, pero solo con la garantía de que una agencia internacional gestione la distribución. En la misma línea de desconfianza hacia el régimen, explicó que no autoriza el envío de remesas por el riesgo de que las autoridades las confisquen.
“Han cortado el acceso a internet, estamos considerando si tenemos la capacidad tecnológica para restaurar ese acceso”, señaló Biden. El presidente fue preguntado por su opinión sobre el socialismo, término que en Estados Unidos se asocia al comunismo, aunque el ala izquierda del Partido Demócrata defiende a veces en su versión democrática. “El comunismo es un sistema fallido y no creo que el socialismo sea un sustituto muy útil, pero esa es otra historia”, respondió. Otra vez, en medio de esta nueva crisis, EE UU y Cuba se enfrentan a cara de perro.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.
Source link