Mike Kostek, rey del vinilo: “Es el mejor formato”


Mike Kostek tiene costumbres de ave migratoria. Todos los años, en septiembre, deja atrás su casa de verano en Florida y vuela a Europa. Allí lo esperan los 12.000 vinilos que guarda en un almacén, casi todos ellos primeras ediciones estadounidenses en perfecto estado de conservación. Los carga en su furgoneta y dedica varias semanas a recorrer con ellos las carreteras europeas, de feria en feria. Este año ha pasado por Milán, Madrid, Palma de Mallorca y Barcelona. A este ritual que forma parte de su vida desde hace más de 30 años él lo llama “irse de gira”. Le permite mantenerse conectado con la escena del rock y llevar un estilo de vida que, según nos cuenta, consiste en “pasarse más de medio año de vacaciones”.

Nos recibe en la sala anexa de la Estació del Nord unas horas antes de que abra la Feria Internacional del Disco de Barcelona, en la que espera recaudar “alrededor de 10.000 dólares”, más que suficiente para cubrir sus gastos y los de su equipo de ayudantes y no volver a casa con los bolsillos vacíos. Su parada, bautizada como The Velvet Underground Records, suele ser la más concurrida de la feria. Hay en ella un par de (modestas) piezas de museo, como la copia de la edición original del primer álbum de Buffalo Springfield que espera vender por 350 euros, pero lo que predomina es “la buena música en el mejor de los formatos posibles, el vinilo, a un precio justo”.

Kostek se recuerda escuchando música “desde el verano de 1967, el momento en que se editó el Sgt. Pepper’s…, de los Beatles, y Frank Zappa, Ravi Shankar, los Rolling Stones o la Velvet estaban protagonizando una revolución cultural sin precedentes”. Tenía 16 años y vivía en el sur del Estado de Massachusetts, en pleno epicentro de la escena musical de la Costa Este. La Velvet se convirtió en su banda fetiche: “Me fascinó su estética, su sonido turbio y vanguardista, la inteligencia de sus letras”.

En 1973, Kostek y su compañero de habitación en la universidad fundaron Velvet Underground Appreciation Society, un club de fans ilustrados que llegó a contar con más de 5.000 miembros. En 1989 colaboró en la producción de Life in Exile After Abdication, álbum en solitario de Moe Tucker, batería de la Velvet. Poco después, Kostek empezó a frecuentar Europa. En especial, España, país por el que siente una especial afinidad: “Ustedes son amables y generosos, valoran la amistad, disfrutan de la música, del buen vino y de una buena mesa, son capaces de conversar de manera constructiva y civilizada”. EE UU le parece “una democracia en peligro”. Lo que más le entristece es que entre el puñado de “falsos patriotas” que asaltaron el Congreso el pasado mes de enero había fans del rock, puede que incluso de la Velvet: “¿Es que la música no les ha enseñado nada?”, se pregunta. “Tal y como yo la entiendo, la del rock es la cultura del ‘nosotros’ contra el narcisismo del ‘yo”. Seguir saliendo de gira a vender vinilos es, a sus 69 años, su contribución personal a que ese espléndido legado no se pierda.


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