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Miles de bares y tiendas tiran la toalla por la pandemia

Dos mujeres pasan por delante de una tienda en el centro de Madrid, el 27 de enero.Jaime Villanueva / EL PAÍS

El golpe de la crisis del coronavirus sobre el tejido productivo tiene dos grandes variables: la intensidad del ritmo de contagios y la duración de la pandemia. Las empresas confiaban en que la travesía fuese más corta y menos virulenta. Pero ambas variables se han agudizado con el embate del virus tras el verano. Y las autoridades endurecieron las restricciones para bajar los contagios. Eso ha llevado a miles de empresas al agotamiento financiero y disparó las quiebras en la hostelería y el comercio en el último trimestre. En los bares y restaurantes crecieron un 67% respecto al otoño y en el comercio un 12%, según el INE.

La dureza de la pandemia cada vez deja más huella sobre las empresas. Los indicadores muestran el agotamiento del tejido productivo que, como avisaban las patronales de los sectores más afectados, comenzará con una cascada de cierres si no llegan ayudas directas que frenen la sangría.

Este viernes fue la estadística del procedimiento concursal la que puso cifras a la sensación de caos: en 2020 hubo un 14% menos de concursos de acreedores en empresas. Sin embargo, en la hostelería el repunte fue del 35,6%, incluso con las medidas que desplegó el Ejecutivo, como la moratoria concursal. “Las moratorias del Gobierno han frenado de momento el tsunami de los concursos de acreedores”, advierte Beatriz Rua, socia responsable de Concursal y Procesal de KPMG.

Pese a ello, la tendencia negativa se acentuó en el final del año en todas las actividades (un 35% más en el cuarto trimestre sobre el tercero). Entre los que mayor número de quiebras se anotaron, la hostelería registró un 67% más de procesos, industria y energía un 54%, construcción un 40% y el comercio un 12%. En concreto, hubo 1.383 concursos de octubre a diciembre. Un número bajo sobre el total de empresas, pero se trata de un indicador más que marca una tendencia negativa, al igual que los ERTE —siguen por encima de los 700.000— o la menor creación de sociedades en el año.

Futuro incierto

“Hay que esperar a ver qué ocurre en el próximo trimestre, pero ya se observa una tendencia clara. Los próximos meses serán duros porque la recuperación se va a desplazar hacia el segundo semestre. De ahí que surja el debate sobre cómo afrontar la situación, con qué herramientas, porque hacen falta más políticas de ayuda”, explica Raymond Torres, director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas.

El final del año pasado muestra síntomas de fatiga. El inicio de 2021 resulta complicado para la actividad comercial. Y el futuro está cargado de nubarrones. Así lo ven las casas de análisis y, especialmente, las patronales. José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, lleva meses reclamando más apoyo. “Ya han cerrado 85.000 negocios de hostelería y se facturaron 70.000 millones menos en 2020. Necesitamos ayudas directas y esperamos recibirlas como ocurre en otros países europeos. Hay mucha decepción y desesperación en el sector”.

Estas son las grandes cifras. Pero a pie de calle, tras cada número alguien sufre el embate de la crisis. Juan Ciércoles, propietario en Aragón de una treintena de restaurantes y comedores, es uno de ellos. En su caso, no vio otra salida que declararse en quiebra en la parte final del año tras acumular una deuda superior al millón de euros. En diciembre el juzgado de Zaragoza le declaró en concurso de continuidad y evitó la liquidación de la empresa: “No me gustaría tener que cerrar el negocio en el que he invertido 30 años, por eso seguimos luchando”, cuenta al teléfono. Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, añade: “Lo que más miedo nos da es que la situación no ha dejado de empeorar y podríamos vivir un efecto de bola de nieve en el que todo vaya a peor”.

En el comercio la situación también es dramática. Uno de cada cinco concursos presentados el año pasado fueron del sector (840 de 4.097). Pedro Campo, presidente de la Confederación Española de Comercio, se alinea con Yzuel en la reclamación de medidas contundentes y cuantifica los negocios que ya han bajado la persiana en 100.000: “Si no hay ayudas directas vamos a asistir a una auténtica cascada de cierres. No hay consumo y el comercio está en una situación límite. Lo que viene es un auténtico drama”.

Esta odisea también esconde tras de sí miles de historias. Como la de Ángel Aramburu, que cerró en marzo su tienda de zapatillas deportivas en el centro de Sevilla por miedo a lo que se venía. En septiembre decidió volver y entonces le pasaron por encima la segunda y la tercera ola. Y “la peor” campaña de Navidad y rebajas que ha vivido nunca. “Si sigo teniendo que cerrar a las seis de la tarde no voy a poder sobrevivir”, explica con resignación.


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