Decenas de miles de aficionados del fútbol se sumaron en Estambul, Turquía, a las crecientes protestas contra el Gobierno turco por lo que consideran una respuesta inadecuada a la catástrofe causada por los terremotos que sacudieron el sureste del país hace tres semanas, dejando más de 44 mil muertos.
Las enfadadas reacciones de los aficionados al fútbol, que el pasado fin de semana corearon consignas antigubernamentales y pidieron la dimisión del presidente Recep Tayyip Erdogan, se convirtieron este lunes en el asunto más comentado en los medios de comunicación locales.
Los aficionados del Fenerbahçe desencadenaron las protestas el sábado en el estadio Surku Saracoglu, durante el partido que ganaron por 4-0 al Konyaspor, al grito de “¡Mentiras, mentiras, mentiras, trampas, trampas! ¡Han pasado 20 años, dimisión!”.
Eslóganes similares se oyeron al día siguiente, cuando los hinchas que llenaron el domingo por la tarde el estadio del Besiktas se sumaban a las protestas coreando “¡Gobierno, dimisión!”.
Por otra parte, en el minuto 4’17” del juego lanzaron a la cancha miles de muñecos de peluches, en memoria de los niños víctimas de los terremotos del 6 de febrero.
El partido se detuvo durante varios minutos para recoger los juguetes y enviarlos a la amplia región afectada por los fuertes temblores de la tierra, que abarca 11 provincias del sureste de Turquía. Los sismos también asolaron el norte de Siria.
Poco después, el partido nacionalista MHP, aliado del gobernante e islamista AKP de Erdogan, anunciaba que su presidente, Devlet Bahceli, que se dio de baja como socio del club Besiktas en reacción a las manifestaciones de los aficionados.
En mensajes publicados en las redes sociales, Bahceli pidió además que los partidos se jugaran en estadios vacíos o se tomaran otro tipo de medidas para frenar las protestas.
Canım memleketim.
Güzel ülkem.
Sevginin tohumlarını atalım.
Bu büyük yaraları hep beraber saracağız. İyi olacağız.
Bravo Beşiktaş. Eşsiz bir görüntü.
Tüm dünya görmeli. pic.twitter.com/4uHH6EwDCy
— Fazıl Say (@fazilsaymusic) February 27, 2023
Por su parte, el ministro del Interior, Suleyman Soylu, dijo que se estaba intentando hacer política en los estadios mientras en las zonas afectadas por los sismos continuaban los trabajos posteriores al terremoto y advirtió: “Que no interrumpan nuestro trabajo. … Nadie debe pelearse por la seguridad de Turquía”.
Algunos de los seguidores del Besiktas que habían pedido la dimisión de Erdogan y su Gobierno fueron detenidos por la policía en el mismo estadio.
La sensación de que hasta ahora ha sido ineficaz la respuesta de las autoridades gobernantes a las consecuencias del siniestro -considerado la peor catástrofe humanitaria que vive la región en más de un siglo– ha desatado mucho enfado entre la población.
Los observadores políticos estiman que este descontento puede desempeñar un papel decisivo en las próximas elecciones generales, convocadas para el 14 de mayo.