Hace algunos días, la productora Miramax presentó una demanda contra el director Quentin Tarantino por la subasta que este, pretende hacer de varias escenas inéditas de Pulp Fiction, en formato NFT (non fungible token). Esta tecnología está de moda actualmente en el mercado del arte digital, debido a que ofrece una garantía segura de exclusividad y autenticidad de una obra que no se posee físicamente. El cineasta anunció a principios de mes que iba a subastar, concretamente, siete escenas inéditas NFT de Pulp Fiction sin editar de su obra maestra, según la información de The Hollywood Reporter.
Esta subasta se realizaría en OpenSea, el mercado de NFT más grande del mundo e inmediatamente, Miramax envió una carta de cese y desistimiento al director, pero este continuó, dejando en muy mal lugar a la compañía. El estudio alega que ese proyecto de subasta digital viola su acuerdo de propiedad intelectual: “La conducta de Tarantino ha obligado a Miramax a entablar esta demanda contra un valioso colaborador para hacer cumplir, preservar y proteger sus derechos de propiedad intelectual”, escribía en la demanda.
El debate sobre la propiedad intelectual en lo digital, entra en conflicto con lo novedosa que es esta tendencia y lo poco o nada que hay legislado en su naturaleza. Miramax ha sido muy tajante en su demanda: “Si no se controla, la conducta de Tarantino podría inducir a error a otros a creer que Miramax está involucrado en su empresa y también, inducir a otros a creer que tienen los derechos para perseguir acuerdos u ofertas similares”.
THR explicaba en su noticia que en la copia de contrato que en su momento, Tarantino firmó con la productora y distribuidora, el director reservó algunos de los derechos de la película, incluyendo la banda sonora, la publicación impresa (cómics, novelas etc.), medios interactivos, derechos sobre posibles secuelas, remakes tanto televisivos como cinematográficos, series y spin-off.
El abogado de Tarantino ha criticado al estudio
Ahora, el abogado de la parte demandada ha respondido a la acusación de Miramax afirmando que el autor está actuando en su “derecho reservado” con respecto a la publicación del guion. No obstante, Miramax sigue en sus trece y en una nueva acometida ha asegurado que “no permitirá que los representantes de Quentin engañen a otros haciéndoles creer que tienen la autoridad para hacer acuerdos similares en violación de los acuerdos de derechos que firmaron”.
La batalla legal no tiene pinta de terminar amistosamente a no ser que el oscarizado realizador llegue a una especie de acuerdo a la compañía por los NFT de Pulp FIction. Todavía no se sabe el alcance económico que podría alcanzar el contenido digital. Al tratarse de una subasta y de una película tan icónica para la historia del cine, la suma final podría romper todos los récords y establecer un precedente para que otros cineastas hagan lo mismo con sus obras.
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