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Mircea Cărtărescu: “El poeta no es un inadaptado con la cabeza en las nubes”

Mircea Cărtărescu: “El poeta no es un inadaptado con la cabeza en las nubes”

“La poesía no es entretenimiento y el poeta no es, como piensan tantos todavía, un inadaptado con la cabeza en las nubes”, leyó el escritor rumano Mircea Cărtărescu este sábado al recibir el Premio FIL de Literatura, uno de los principales galardones literarios internacionales, que entrega la Feria del Libro de Guadalajara. “Incluso en las formas aparentemente inofensivas, como un soneto de amor o un poema sobre la naturaleza, la poesía resulta subversiva en los mundos sometidos a un control estricto”, dijo Cărtărescu desde el escenario en la inauguración de la FIL.

Cărtărescu había pasado casi una hora sentado en el centro de una mesa llena, sobre todo, de autoridades –rectores, políticos, jequesas, jurados; cuatro mujeres entre 12 hombres–. Había escuchado la traducción de los discursos desde los auriculares, había aplaudido con respeto y saludado con la mano. Entonces, se acercó al atril el escritor nicaragüense Sergio Ramírez para homenajear la “prosa minuciosa” del poeta rumano. “Llamar fantástica a esta literatura o ciencia ficción sería demasiado banal. Mircea respira el áspero perfume de la ficción, la escritura es un don”, dijo Ramírez, exministro de Nicaragua y exiliado por la dictadura de Daniel Ortega.

Mircea Cărtărescu durante la ceremonia de premiación. Nayeli Cruz

A Cărtărescu (Bucarest, 66 años) le tocaba hablar después e improvisó un agradecimiento en inglés antes de leer en rumano el discurso que tenía preparado. “Nunca soñé que un escritor tan grande fuera a decir palabras tan maravillosas sobre mi muy humilde trabajo. El señor Ramírez no es solo un gran escritor, es también un muy muy muy… maravilloso hombre”, dijo tras un breve silencio. Lo reconoció él, se había quedado “sin palabras”. El adjetivo que buscaba le llegó tras el aplauso: “Lo que quería decir era generoso”.

El escritor rumano dedicó su discurso entero a defender la poesía. “Pocas veces el desinterés por la poesía, el olvido de su esencia revolucionaria y profética han sido más evidentes que hoy en día, cuando ser poeta y ser vagabundo, asocial, raro, son equivalentes para mucha gente”, leyó Cărtărescu. “Los poetas no tienen ya estatuas, como en el siglo XIX, ni reputación, como en el siglo XX”, dijo, y agregó: “Sin la perspectiva de conseguir algo a través del arte y, en definitiva, de su profesión, sin la esperanza en la gloria y en la posteridad, el poeta está condenado a la vida asocial y fantasiosa del consumidor de hachís”.

El escritor ha criticado que, “obsesionadas por las ventas y la rentabilidad”, las editoriales “huyen de la poesía como alma que lleva el diablo”. En el público, lo escuchaban cientos de personas que habían acudido a la inauguración del encuentro editorial más imporante en español, que durará nueve días y este año tiene como invitado de honor al emirato de Sharjah, una monarquía hereditaria de rasgos totalitarios que alberga el mayor encuentro editorial del mundo árabe. “No se puede imaginar hoy en día un destino más dramático que el del poeta que decida consagrar toda su vida al arte”, dijo Cărtărescu.

Cărtărescu, que es narrador, ensayista y crítico literario, se considera sobre todo poeta. “Revolucionaria, profética y ubicua como el aire, la poesía ha iluminado también toda mi vida. No he sido nunca otra cosa que poeta”, leyó este sábado. El autor empezó escribiendo poesía, pero alrededor de la treintena decidió no componer más versos. Desde 1980, ha publicado nueve libros de poesía, algunos escritos 20 años antes de su publicación. El último ha sido Poesía esencial, que reúne poemas elegidos por Cărtărescu.

Con la recopilación de relatos Nostalgia (1993) dio el salto a la narrativa. Su obra también incluye novelas, entre las que destaca la trilogía Cegador, tres volúmenes publicados en 1996, 2002 y 2007, que lo ha consagrado internacionalmente y ha sido catalogada por la crítica internacional como su obra maestra. La trilogía está compuesta por los títulos El ala izquierda, El cuerpo y El ala derecha. También sobresale la novela Lulu (1994). Detrás de su obra en español está su traductora, Marian Ochoa.

Cărtărescu es una de las figuras más premiadas de la narrativa europea –en 2018, obtuvo el Premio Formentor de las Letras– y es desde hace tiempo candidato al Nobel. En septiembre, la Feria del Libro de Guadalajara anunció que el Premio FIL de Literatura, dotado con 150.000 dólares, era para el rumano. Un jurado de siete escritores y críticos eligió la obra de Cărtărescu, entre la de 68 autores, por su “prosa desbordante que combina elementos fantásticos y realistas, ficciones especulares que indagan en la construcción de la identidad”. “Es un escritor multifacético, de estilo maximalista, que se inserta plenamente en la tradición de la literatura mundial, interpelando desde lo onírico y existencial a sus lectoras y lectores en todo el mundo”, sentenciaron en el acta.

“Incluso mis novelas son, de hecho, poemas”, continuó Cărtărescu este sábado durante su discurso. “He escrito siempre poesía como una forma de libertad, de solidaridad, de empatía para con todos los hombres. He escrito en contra de las guerras y las discriminaciones de toda índole. He escrito para los que leen poesía y para los que jamás leen poesía”, aseguró. El escritor insistió 15 minutos en reivindicar esa forma de arte: “Humillada y disuelta en el tejido social, casi desaparecida como profesión y como arte, la poesía sigue siendo omnipresente y ubicua como el aire que nos envuelve”.

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