Más que grandes cambios en la manera de viajar, lo que vamos a conocer tras la pandemia de la covid-19 es una sorprendente aceleración tecnológica de la industria turística llamada a hacernos la estancia más cómoda, más segura, más saludable, más sostenible y más vivificante. Estos cuatro ejemplos de tecnología avanzada resumen muy bien las nuevas oportunidades creadas en estos azarosos tiempos.
01 La moneda (digital) del bienestar
El pasado 1 de agosto se presentó el primer token del turismo en España. Helysia, que así se llama esta especie de criptomoneda, simboliza el bienestar y la salud en la ensoñación de unos baños árabes. Hammam Al Ándalus, empresa creadora, toma la delantera tecnológica para conformar una comunidad de usuarios fieles a sus instalaciones balnearias en Madrid, Granada, Málaga, Córdoba y Palma. Mediante Helysia, el viajero puede pagar en cualquier sucursal y obtener descuentos y bonificaciones; también, en el futuro, acceso a productos y servicios en comercios de proximidad a sus centros. Cada Helysia se adquiere por 1,10 euros en la web de los baños y su custodia se puede realizar en cualquier monedero virtual (wallet).
02 Teletrabajar en remotos paraísos
La industria turística se ha propuesto atraer a aquellos que trabajan en remoto. Mientras las agencias inmobiliarias se hinchan a lanzar viviendas apetecibles por su aislamiento geográfico o su entorno natural, haciendo irresistible escaparse del coronavirus, los hoteles ofrecen promociones denominadas staycations para no salir de la habitación en toda la jornada laboral, con buena conexión a Internet y un minibar lleno. Claro que las mieles del teletrabajo no se limitan a esto. Meliá lo entiende con una pluralidad de nuevas modalidades, como el Day Stay, que permite el uso de la habitación de 8.00 a 20.00 mientras se disfruta de los servicios del hotel. El programa incluye acceso a la piscina, Internet ilimitado, café y té, servicio de impresión en papel, descuento del 10% en el comedor y una pelota para hacer gimnasia o pilates. Otra opción es la Long Stay Workation: alojamiento de larga estancia para teletrabajadores.
03 Sin dejar huella
En el hotel Alma Barcelona, el acto de entrar o salir de la habitación se mima escrupulosamente. El propietario de la cadena, Joaquín Ausejo, se empeñó en que el acceso debía hacerse mediante huella dactilar, sin necesidad de pasar por recepción para mayor comodidad de los huéspedes. Y así va a seguir. Su manual de higiene y seguridad es apabullante y concierne a todos los empleados, con especial cuidado en la limpieza de este sistema de apertura de puertas, existente también en su otro hotel de Pamplona. ¿Qué quedará de él tras el virus? La constante limpieza, las papeleras de pedal o las habitaciones sin teléfono, pero conectadas a través de WhatsApp.
04 La recepción en la palma de tu mano
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