Por Diana Manzo.
Oaxaca, Oax.- Su niñez marcó su todo. Su herencia es ver a su abuela Justina Pérez tejiendo con delicadeza y amor diversas piezas usando la palma. Mónica Díaz es una diseñadora mixe que elabora joyería tradicional tejida de palma y teñida con tintes naturales.
Su finalidad es conservar la herencia de sus ancestras y mantener viva la tradición de San Luis Amatlán, un municipio asentado en la sierra sur de Oaxaca.
Sus obras ya se conocen en diversas partes del mundo gracias a la difusión de las redes sociales y quien adquiere sus piezas sabe que se lleva un pedazo del conocimiento que le dio su abuela Justina y que persiste en las mujeres de su comunidad.
La forma de elaborar cada pieza bien podría calificarse como ‘magia’, pues cada elemento es fino y detallado; además, con el uso de la palma garantiza el uso sustentable de los elementos.
Mónica apostó por teñir la palma con añil, cochinilla roja y tinturas naturales, en lugar de las sustancias ultra procesadas que se usan en otras industrias, lo que contribuye a resguardar el medio ambiente.
“La palma tiene ritmo”, dice la diseñadora serrana, que con sus manos toma delicadamente cada pedazo de esa planta que ha llevado un proceso de secado cuidadosamente y teje así diversas piezas, dándoles un acabado fino y cuidadoso.
La joven artesana acertó al planear diseños particulares para sus piezas, pues ahora adquieren un valor especial en el mercado. Su sueño es que algún día formen parte de una colección que acompañe desfiles de moda con difusión internacional.
A Mónica no le importa el dinero sino el valor que recibe cada pieza, su talento es inigualable porque es capaz de transformar tiras de palma en auténticas obras de arte de joyería.
“La palma es nuestra vida”, dijo la artesana, al recalcar que es importante que los saberes ancestrales se sigan conservando y trasciendan mediante el diseño y otras maneras de crear cultura.
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