El monstruo del Lago Ness puede definirse como una de las leyendas urbanas más famosas del mundo. Una criatura mítica de la que todo el mundo habla pero de la que existen escasas pruebas razonables. Nessie siempre ha sido una de las más famosas fábulas escocesas. La historia está basada en la presencia de un enorme monstruo que habita en las profundidades de un lago de mas de 55 kilómetros cuadrados. Un monstruo parecido a los antiguos dinosaurios del que te desvelamos algunas de las curiosidades más peculiares.
Primer avistamiento
La leyenda del monstruo del Lago Ness comenzó en el año 565 a.C. Un avistamiento guardado en los libros de historia que pasó desapercibido con el paso de los siglos. Sin embargo, la verdadera leyenda de esta criatura se genera en 1933 cuando se informa a la prensa de un supuesto avistamiento de dicho monstruo. En la primera mitad del siglo XX la popularidad de Nessi subió por las nubes, incluso se organizaron partidas en busca del conocido animal.
La falsa fotografía
Todo el mundo conoce la forma de esta criatura gracias a una fotografía que se hizo popular a principios del siglo XX. Una instantánea que posteriormente resultó ser un auténtico engaño cuyo autor fue un misterioso cirujano que nunca quiso asociar su nombre con el de la foto. Al principio, todo fueron vítores y felicitaciones para todos aquellos que creían en la existencia de este mítico animal. Posteriormente se demostró que la foto se basaba en un cuello hecho con arcilla y adherido a un submarino de juguete.
¿Monstruo o dinosaurio?
Basándonos en la creencia de que los monstruos no existen, muchos de los investigadores de la época asociaron la figura de Nessie con la de un dinosaurio. Desde algunas teorías aseguran que este espécimen era uno de los únicos supervivientes de la etapa jurásica y recibía el nombre de plesiosaurus. Además, estas investigaciones comentaban que no solo había uno, sino que el lago estaba lleno de criaturas de este tipo.
El fracaso de la BBC
En el año 2003 la BBC organizó una espectacular partida de búsqueda con todas las tecnologías posibles para encontrar algún resquicio del gran monstruo. Los resultados fueron decepcionantes. Ni los sonares, ni los satélites, ni los radares pudieron determinar la existencia de este animal mitológico. Un rasgo por el que Nessie se convirtió en un auténtico mito.
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