La carrera de Cloris Leachman parecía no tener fin. Empezó en el audiovisual en 1949, ganó Emmys (es, junto con Julia Louis-Dreyfus, la actriz que más veces ha sido nominada a este premio), Oscar, Globos de Oro, Bafta… Actuó en series míticas como La chica de la tele y Malcom, y en películas como Confidencias de mujer, Dos hombres y un destino, La última película, y lograba que relincharan los caballos cada vez que se oía el nombre de su personaje (Frau Blücher) en El jovencito Frankenstein. Con 82 años concursó en Bailando con las estrellas. En los cines aún se la puede escuchar como la abuela en la versión original de Los Croods. No está mal para Miss Chicago 1945, que en el concurso de Miss America 1946 quedó entre las 16 primeras y defendió su candidatura con un número cómico. Con su fallecimiento el miércoles 27 a los 94 años en su casa en Encinitas (California) no se ha cerrado su filmografía: aún tiene pendientes de estreno High Holyday y Not To Forget.
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Su aparición en el concurso de belleza tras la Segunda Guerra Mundial no deja de ser algo anecdótico en la vida de una mujer que siempre quiso ser actriz, y que no logró el estrellato hasta cumplidos los cuarenta. Fue curiosamente el Oscar —un logro que para muchos significa el colofón a un gran currículo— como actriz secundaria por La última película (también apareció en su secuela, Texasville, un filme mucho peor), de Peter Bogdanovich, el que impulsó su desarrollo profesional. Nacida en Des Moines (Iowa) en 1926, su padre trabajaba en la empresa maderera familiar. Con su paso por Miss America, obtuvo una beca, y con ella estudió en el Actors Studio, donde tuvo como profesor a Elia Kazan. Así fue como a finales de los años cuarenta empezó a ser una presencia constante en producciones de Broadway como Como gustéis, con Katharine Hepburn como protagonista. Los años cincuenta le sirvieron para compaginar escenarios con todo tipo de apariciones en series de televisión (Alfred Hitchcock presenta, Lassie, Suspense) y películas variadas como El beso mortal o Traidor a su patria, que protagonizó Paul Newman. Con Newman repetiría en Dos hombres y un destino (1969).
En 1971 le llega su momento con La última película, que le lleva a mejores papeles en televisión, donde acabó siendo candidata en 22 ocasiones a los premios Emmy. Lo ganó dos veces por su personaje de Phyllis Lindstrom en La chica de la tele, y fue tanto su éxito que Phyllis tuvo su propia serie; se llevó también un par por su Ida de Malcolm, lo ganó por su trabajo en Promised Land… En total obtuvo nueve. La última vez que compitió por este galardón fue en 2011 con Hope. En cine repitió con Bogdanovich en Una señorita rebelde (1974) y trabajó en tres ocasiones bajo la dirección de Mel Brooks: en El jovencito Frankenstein (1974), en Máxima ansiedad (1977) y en La loca historia del mundo (1981). En esa inmensa filmografía hay mucha película mala y alguna comedia con más gancho como Rústicos en Dinerolandia, El clan de los rompehuesos o Spanglish, que dirigió James L. Brooks, uno de los guionistas (al inicio de su carrera) de La chica de la tele.
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