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Muere ”Duch”, el sanguinario torturador del Jemer Rojo en Camboya


BANGKOK – El temible carcelero y
torturador del Jemer Rojo camboyano, Kaing Guek Eav, alias Duch, murió el
miércoles a los 77 años en Nom Pen mientras cumplía una cadena perpetua por
crímenes contra la humanidad, tortura y asesinato.

Duch, el primer jemer rojo
condenado por los crímenes del régimen genocida del Pol Pot (1975-1979),
padecía problemas graves en los pulmones y fue ingresado el pasado lunes en el
Hospital de la Amistad Jemer-Soviética, donde falleció poco antes de la una de
la madrugada.

El cadáver de Duch, un antiguo
budista que se convirtió al cristianismo evangélico en los años 1990, fue
trasladado al templo Chak Angre Krom de Nom Pen para ser incinerado, según los
medios locales.

Youk Chhang, director ejecutivo
del Centro de Documentación de Camboya, recordó que la muerte de Duch ha
coincidido con una festividad budista y agregó que espera que sirva para unir a
los camboyanos y recordar a las víctimas del régimen maoísta del Jemer Rojo.

“Su muerte es un
recordatorio para todos de que si cometes crímenes contra la humanidad, serás
condenado hasta tu muerte”, manifestó Youk Chhang, según el diario
“Phnom Penh Post”.

Duch, que llegó a mostrar su
arrepentimiento durante el juicio aunque luego trató de buscar clemencia al
alegar que solo había seguido órdenes, fue responsable de la tortura y muerte
entre 12,000 y 16,000 personas en Tuol Sleng (TS-21), una escuela de la capital
convertida en prisión y centro de tortura.

El acto para recordar la bomba nuclear que destruyó Hiroshima hace 75 años sirvió este jueves para insistir en la necesidad de que el Gobierno de Japón, el único país que ha sufrido un ataque atómico, firme el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares aprobado hace tres años en el seno de la ONU.

Antiguo profesor de matemáticas,
Duch documentó minuciosamente los prisioneros que ingresaban en la cárcel, que
ahora es un museo de la memoria en el que se exhiben las fotografías de las
víctimas y las celdas donde eran torturadas.

La mayoría de los guardas eran
adolescentes a los que Duch indoctrinaba para torturar aprovechando la
facilidad para manipularlos.

Hombres, mujeres y niños eran
torturados y obligados a firmar confesiones falsas en TS-21. Los que no morían
durante las torturas eran asesinados en los macabros campos de exterminio y
enterrados en fosas comunes.

Tras una simbólica ofrenda floral y de agua, en homenaje a las víctimas que rogaban por beber, centenares de personas guardaron un minuto de silencio a las 11:02, la hora exacta de la explosión.

Tras la caída del Jemer Rojo,
Duch vivió en el anonimato pero fue detenido en 1999 y en 2007 acusado
formalmente por las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya (CECC), un
tribunal especial auspiciado por la ONU.

Fue sentenciado a 30 años de
cárcel en 2010, condena que fue elevada a cadena perpetua en una vista de
apelación dos años más tarde.

“Insisto en decir que soy
responsable del sufrimiento de personas en el S-21 (…) Pido perdón por las
almas de las personas que murieron en el S-21 y pido a las víctimas que acepten
mis excusas y que me concedan su perdón”, aseguró durante la vista de
apelación.

Sin embargo, las víctimas
criticaron que después sus abogados pidieran su liberación al alegar que no era
un dirigente destacado del Jemer Rojo y solo se limitó a cumplir órdenes.

El Jemer Rojo, un grupo maoísta que quería abolir la propiedad privada e implementar una utopía agraria, tomó el poder en 1975 y e impuso un régimen represor hasta que fue expulsado en 1979 por tropas vietnamitas, que también eran comunistas pero del bando soviético.

Unas 1.7 millones de personas murieron debido a las purgas, las hambrunas y el maltrato durante el Jemer Rojo, liderado por el hermano “número uno”, Pol Pot, que falleció en 1998 en la selva norte de Camboya.




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