Jacques Perrin ha sido uno de los actores que más nos ha hecho llorar en el cine con con una sola escena. Fue en Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore, en ese inolvidable final de los besos cortados. El genial Ennio Morricone le acompaña magistralmente con una banda sonora arrebatadora que eleva el sentimiento de Salvatore y lo lleva al mismo centro del corazón.
Jacques Perrin, aquel Salvatore adulto que volvía a su pueblo natal endurecido y frívolo, ha muerto a los 80 años. El actor francés también intervino en Los chicos del coro, pero, además, Jacques Perrin fue intérprete extraordinario que intervino en más 70 de largometrajes y que incluso llegó a dirigir algunos documentales de naturaleza. Su prolífica carrera incluye también el teatro.
Entre los creadores con los que ha trabajado están algunos tan grandes como Jacques Demy, Costa Gavras, Vittorio de Seta o Agnès Varda. Entre sus mejores películas están Z, Piel de asno, Cinema Paradiso y Los chicos del coro.
Fue hijo del director teatral de la Comédie-Française Alexandre Simonet y la actriz Marie Perrin, desde su infancia creció en un ambiente teatral. Estudió en el Conservatorio de Arte Dramático, donde recibió clases de Jean Yonnel. Pronto intervino en montajes teatrales. En el cine recibió su primer papel importante en la película La ragazza con la valigia (La chica con la maleta, 1960), de Valerio Zurlini. Con este mismo director rodó en 1962 Cronaca familiare (Crónica familiar), película basada en una novela de Vasco Pratolini y en la que Perrin compartió protagonismo con Marcello Mastroianni.
Estas interpretaciones le permitieron iniciar una importante carrera internacional: en 1965 rodó bajo las órdenes de Costa-Gavras la película Compartiment tueurs (Los raíles del crimen), y en 1966 la adaptación de la novela de Pío Baroja, La busca, dirigida por Angelino Fons.
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