La periodista argentina Magdalena Ruiz Guiñazú en una reunión de la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires, el 30 de noviembre de 2013.Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires
A los 87 años, murió este martes la influyente periodista y escritora argentina Magdalena Ruiz Guiñazú. La popular conductora radiofónica, que marcó a generaciones de argentinos con su programa matinal Magdalena tempranísima, tuvo además un rol clave en el regreso de Argentina a la democracia: integró la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) que elaboró el informe Nunca Más a partir del testimonio de sobrevivientes y familiares de víctimas de la dictadura argentina. Su fallecimiento, anunciado por el periodista Jorge Lanata, tuvo una gran repercusión en los medios de comunicación y las redes sociales.
“Hasta hace dos semanas venía al aire. Se sentaba y se encendía frente al micrófono. Siempre con los diarios a cuestas, con la vulnerabilidad de los años, pero con tremenda vocación”, dijo Lanata al hablar de su colega. “Hay varias cosas con las que identificar a Magdalena: primero la valentía, de una persona que fue de la clase alta argentina, que podría haberse quedado callada la boca en su casa, podría haber disfrutado en el Palacio San Martín [sede de la Cancillería argentina] donde vivía cuando era chica, y no hizo eso, se fue a laburar como cualquiera de nosotros”, agregó.
Magdalena Ruiz Guiñazú nació el 15 de febrero de 1935. Su padre, Enrique Ruiz Guiñazú, fue ministro de Relaciones Exteriores y Culto. Tuvo clara desde temprano su vocación periodística y aunque la radio fue su gran pasión, trabajó también en medios gráficos y televisivos.
Desde su programa Magdalena tempranísima, al aire en Radio Mitre entre 1987 y 2006, la conductora marcó durante años la agenda política del día. A partir de 2014, pasó a ser columnista invitada de Lanata sin filtro, otro programa radiofónico de gran audiencia. En televisión, destacó su conducción del telediario de Canal 7 junto a Antonio Carrizo a principios de los años 70 y su participación en el programa de Cacho Fontana en Canal 11.
En 1984, meses después de que Argentina volviese a estar bajo un gobierno democrático, Ruiz Guiñazú fue una de las primeras civiles en entrar en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, donde funcionó el mayor centro clandestino de detención de la dictadura. “Nunca voy a olvidar cuando entramos a la ESMA con Graciela [Fernández Meijide] y con un grupo de sobrevivientes, que además lo hicieron palpando las paredes para reconocer el lugar, porque habían estado con los ojos vendados durante el cautiverio y las torturas, que iban relatando. Entonces recordaban el espacio a partir del tacto… Fue una de las imágenes más brutales que me tocó ver. Recuerdo también el cinismo de algunos militares que entonces recibieron a parte de la comisión y al vernos preguntaron, vilmente: ‘¿Qué desean?’ Difícil de igualar”, recordó el año pasado la periodista en una entrevista publicada en Clarín.
Ruiz Guiñazú recordó también la “experiencia terrible” que supusieron los nueve meses de trabajo de la Conadep, presidida por el escritor Ernesto Sabato. Literalmente, implicó un descenso a los infiernos del alma humana, como definió el propio Sabato: ‘Esto, realmente, es la oscuridad del infierno’. Nos tocaba dar cuenta nada menos que de los horrores de la dictadura”.
Políticos de distinto signo despidieron a Ruiz Guiñazú. “Su inmenso trabajo en el periodismo y la CONADEP nos recuerda la importancia de defender los derechos humanos alzando la voz, desde un lugar de paz, en defensa de la democracia”, escribió en Twitter el presidente argentino, Alberto Fernández. Su predecesor, Mauricio Macri, la describió como “una leyenda del periodismo con una trayectoria intachable”. “Se destacó por su enorme valentía. Nadie pudo callarla nunca, siempre defendió la verdad y la libertad. Mi respeto a su memoria y mis condolencias para sus familiares y amigos”, agregó Macri.
La periodista fue despedida también por numerosos colegas y referentes de los derechos humanos. “Queremos expresar nuestra tristeza por el fallecimiento de Magdalena Ruiz Guiñazú. Además de su destacado rol como integrante de la Conadep, como periodista siempre acompañó la búsqueda y la lucha de Abuelas”, la despidió la organización Abuelas de Plaza de Mayo.
Su compromiso con los derechos humanos trascendió las fronteras de Argentina. En 1979, mientras Argentina estaba gobernada por una Junta Militar, Ruiz Guiñazú visitó el campo de concentración nazi de Auschwitz junto al Papa Juan Pablo II. “Fue el viaje más importante de mi vida”, reiteró en varias ocasiones al recordar esa experiencia que dejó una profunda huella en ella.
Suscríbase aquí a la newsletter de América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región.
Source link