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Muere Toni Bruins Slot, mucho más que un ayudante

Toni Bruins y Johan Cruyff en el banquillo del Camp Nou.

Casi siempre en el anonimato pero respetado y admirado por quienes le conocían, Toni Bruins Slot (Ámsterdam, 1974-2020), ojeador y ayudante de Johan Cruyff en el Dream Team y de Ronald Koeman en el Ajax y Benfica entre otros, hizo mucho más de lo que parece. Un ejemplo se dio en 1992, un día antes de la final de la Copa de Europa ante la Sampdoria. Johan Cruyff y Charly Rexach tenían decidido que saldrían con tres defensas y que jugarían como siempre, al abordaje. Bruins, sin embargo y gracias a un ojo clínico para entender el fútbol, sugirió que con Lombardo en el once la Samp jugaría con tres atacantes y que era mejor conservar un poco. “Tenía muy buen ojo, sobre todo adaptado a lo que quería Johan del fútbol. Sabía leerle, quizá porque también tenía una visión particular del juego y expresiones bien curiosas”, relata Andoni Zubizarreta, portero de ese equipo. Se suma uno de sus centrales, Miquel Ángel Nadal: “Era un hombre de confianza de Cruyff por algo”. Por lo que Cruyff tomó nota y el Barça salió con cuatro defensas. Aunque Lombardo fue el mejor del encuentro, la gloria fue para Koeman y el Barcelona, campeón por primera vez en su historia. Una parte del mérito también fue de Bruins, que falleció este lunes a los 73 años después de una larga lucha contra el cáncer.

Como futbolista defendió los colores del AFC Ámsterdam y fichó por el AZ Alkmaar, donde llegó a disputar cuatro encuentros en la Eredivisie y luego se tuvo que retirar por problemas en las rodillas. Pero se integró en las categorías inferiores del Ajax como técnico hasta que captó la atención de Cruyff, que le hizo ojeador primero y después asistente en el primer equipo, siempre juntos hasta que en una discusión con Gaspart, Bruins lanzó una silla y le dieron vacaciones para después despedirle. “Aprendimos mucho de él y nos hizo gozar de buenos ratos. Imprescindible para entender el Dream Team. No lo olvidaremos nunca”, escribió Pep Guardiola en las redes sociales, ahora técnico del Manchester City. Entre otras cosas porque Bruins hasta hizo de entrenador de porteros al llegar Cruyff al Barça, pero después de la pretemporada se integró como tercer entrenador. “No era lo suyo lo de los porteros…”, bromea Zubizarreta: “pero era alegre, vital, dinámico e importante en el esquema técnico porque era un perfil distinto al resto”. También era un poco provocador porque en los partidillos siempre hacía de árbitro y no era ecuánime, pues buscaba la confrontación o la competitividad. “Le gustaba esa polémica, estaba en su salsa. Johan nos decía que era una forma de entrenarse porque los árbitros también se equivocan”, apunta Zubizarreta.

Antes de irse del Barça, sin embargo, ocupó el cargo de entrenador junto a Rexach cuando al Flaco le dio una insuficiencia coronaria en 1991 e hizo de primer intermediario para muchas de las negociaciones en los fichajes. “Sabía ver el talento”, le reconoce Nadal. Y por todos será recordado, imagen icónica como pocas que Piqué calcó décadas después, por la mano que enseñó a la grada con el 5-0 que le endosó el Barça al Madrid en la temporada 1993-94. “Sí, fue una imagen que reflejaba su alegría y que se quedó en la memoria de todos”, explica Nadal.

Despedido, Bruins se marchó a las categorías inferiores del PSV, ayudó a Rijkaard en la selección y volvió al Ajax en 1998 hasta 2004 para después juntarse a Koeman en el Benfica, PSV, Valencia y AZ. El preparador pasa por haber visto, moldeado y formado a generaciones como la de Van Basten en el Ajax y la de los De Boer, también a la quinta de Lo Pelat [Iván de la Peña]. Como entrenador ganó una liga holandesa y como asistente otras dos ligas, tres copas, una supercopa holandesa y una Recopa (Ajax), además de cuatro ligas, una Copa, tres Supercopas, una Copa de Europa, una Recopa y una Supercopa de Europa (Barça), y otra Supercopa portuguesa con el Benfica y una última liga holandesa con el PSV. Pero para quienes le conocieron, era persona entrañable que transmitía buenas vibraciones, muy accesible en comparación con lo huidizo que se ha vuelto el mundo scout en el fútbol, nada sectario y tipo enciclopédico como pocos. “Un amante del fútbol”, le define Nadal, que añade junto a Zubizarreta: “Es un día triste”.


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