Pregunta. ¿Cómo definiría a Wilaya Sina (Provincia del Sinaí), la filial egipcia del ISIS?
Respuesta. No creo que sea un grupo insurgente, porque no tiene un apoyo significativo entre la población de la península del Sinaí. Es un grupo terrorista, cuyas raíces datan de los años noveta, que lucha tanto contra el Estado como contra la población civil. De momento, ya ha asesinado a unos 300 civiles, acusados de colaborar con el Gobierno, además de centenares de policías y militares.
Ahora bien, eso no quita que la población no rechace al régimen actual. Pero saben que las consecuencias de una escalada violenta son nefastas. Si no se manifiestan públicamente contra el grupo es porque están aterrorizados.
P. ¿Cómo está organizado el grupo?
R. Mi estimación es que, como máximo, el grupo nunca ha contado con más de 500 o 600 miembros. De ellos, unos 50 o 60 forman parte de la dirección y el resto son soldados rasos, la mayoría jóvenes de las tribus beduinas de la zona. Algunas de sus dirigentes conocicos públicamente son su muftí, o líder espiritual, se llama Abu Osama al-Masry, Shadi al Meneai, un miembro de la tribu Sawarka y Kamal Allam, natural de al Arish. Para contrarrestar la infiltración, se organizan en células con una gran autonomía operativa, no hay una jerarquía militar de forma piramidal.
P. ¿Cuál es el perfil de los reclutas de Wilaya Sina?
R. Son beduinos muy jóvenes originarios de las comunidades más pobres y marginadas, con mayor analfabetismo. Desde su nacimiento, el Estado no les ha aportado nada bueno. Y ahora, son los que más padecen los castigos colectivos del Ejército. Durante los últimos años, el Ejército ha destuido pueblos enteros y centenares de hectáreas de granhas, matado a decenas de civiles y arrestado a miles de personas solo porque algunos terroristas vienen de esas áreas. Lo que ha conseguido la campaña militar es suscitar la ira entre la población, otorgando al ISIS medios de propaganda para reclutar milicianos.
P. El Gobierno egipcio asegura que está ganando la guerra contra Wilaya Sina. ¿Es eso cierto?
R. No, para nada. Es más, están expandiendo el terreno en el que operan. Y con el atentado contra el avión civil ruso mostraron que son una de las filiales del ISIS más potentes fuera de Siria e Irak, dejando en evidencia a los servicios de inteligencia del Ejército. Por muchas células que desarticulen o terroristas a los que maten las Fuerzas Armadas, cuenta con una cantera inagotable de reclutas debido a las políticas del Ejército. Además, han mostrado mucha flexibilidad a la hora de adaptar su estrategia a un entorno cambiante. Una estrategia convencional, puramente militar, está condenada al fracaso. Y si consiguiera ganar, sería pagando un precio elevadísimo en vidas civiles.
P. ¿Son conscientes de ellos los aliados de Egipto en Europa y EE UU?
R. Sí, lo que sucede en el Sinaí es obvio para todo el mundo. Washington incluso ha ofrecido apoyo a Egipto en técnicas contra-insurgentes y equipamiento, pero las autoridades lo han rechazado. Las presiones para que adopten unas medidas que fomenten el desarrollo, que respeten los derechos de la población, no han servido para nada. Al liderazgo actual de las Fuerzas Armadas no le importan los daños colaterales infringidos a las comunidades tribales.
P. El régimen egipcio ha acusado repetidamente a Hamás de colaborar con el ISIS. ¿Es eso cierto?
R. Hamás no apoya directamente al ISIS, o quiere hacerlo. La dinámica depende de muchas variables. La principal, hasta qué punto controla Hamás los túneles de la frontera egipcia, y la segunda, la naturaleza de la relación entre Hamás y El Cairo. Tanto el control de los túneles de Hamás como su coordinación con El Cairo se ha debilitado los últimos años hasta un nivel sin precedentes, lo que ha permitido que algunos miembros de comunidad yihadista de Gaza, e incluso algún operativo de Hamás, crucen la frontera para colaborar con las actividades terroristas en el Sinaí.
Si Hamás decidiera apoyar realmente al ISIS en el Sinaí, parcial o completamente para presionar a Egipto, o reabrir los túneles o las rutas del tráfico de armas, la capacidad del ISIS sería mucho más sofisticada que la actual. Es un escenario aterrador que ha sido discutido y estudiado por ambas milicias, pero, afortunadamente, la hostilidad entre Hamás y las comunidades yihadistas de Gaza y el Sinaí ha impedido tal cooperación.
P. ¿Cuántos extranjeros se hallan entre las filas de Wilaya Sina?
R. Mi cálculo es que un 95% de los miembros del grupo son egipcios, sobre todo del Sinaí, pero no solo. La presencia de extranjeros es marginal. Pero aparte de estos individuos, está recibiendo adiestramiento de fuera, sobre todo de las experimentadas comunidades yihadistas del sur de Gaza. En un caso así, la colaboración con un individuo con un conocimiento sofisticado sobre la fabricación de explosivos es mucho más peligroso que reclutar a una docena de milicianos noveles.
P. ¿Qué papel desempeñan las tribus en este conflicto?
R. No hay ninguna tribu que apoye al ISIS. Lo explico de forma gráfica: el clan más pequeño de una tribu en la región tiene entre 3.000 y 4.000 miembros, o sea que si apoyaran al ISIS, veríamos a miles de milicianos tribales en rebelión contra el Estado.
La situación es exactamente la contraria: expulsan a cualquiera que se aliste a Wilaya Sina o a cualquier grupo salafista. Sus sistemas de gobierno chocan frontalmente. Mientras los unos quieren instaurar tribunales islámicos, los otros defienden los códigos de justicia tribales. Las tribus son la solución para derrotar a Wilaya Sina si se integraran bajo el paraguas del Estado. Pero el Estado no confía en ellas. Continua viendo a los beduinos como un grupo de espías, criminales o los pone en el mismo saco que los terroristas armados. Sin las tribus, Egipto nunca ganará esta guerra.
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