Ícono del sitio La Neta Neta

Muestra ONG ‘galería del horror’ y más de 5 mil ‘atrocidades’ durante 2020 en México

Masacres, fosas clandestinas, calcinamientos, fueron algunos de los eventos registrados como “atrocidades” ocurridas en 2020, que fueron registradas por la organización Causa en Común en un informe presentado ayer.

Entre enero y diciembre de 2020 detectó al menos:

●  3,060 notas periodísticas sobre eventos que pueden catalogarse como atrocidades.

●  5,380 atrocidades.

●  6,365 víctimas

Guanajuato fue el estado donde más atrocidades se registraron, seguido por Chihuahua, Guerrero, México, Puebla, Jalisco y Veracruz.

Las mayores atrocidades registradas fueron fosas clandestinas, seguidas por casos de tortura, descuartizamiento y destrucción de cadáveres, masacres, calcinamientos, asesinato de niños, niñas y adolescentes, así como el asesinato de mujeres con cruedad extrema, intentos de linchamientos e incluso esclavitud y trata, además del asesinato de funcionarios públicos, que en conjunto dan un total de más de 5 mil 300 casos:

Enero, septiembre y octubre fueron los meses que más atrocidades contabilizaron.

El mayor número de víctmas se registró en octubre, seguido por julio y enero.

Las principales atrocidades registradas por medios periodísticos fueron fosas clandestinas, especialmente en Jalisco (donde se registraron 499 víctimas); tortura, principalmente en Chihuahua (con 105 víctimas); descuartizamiento y destrucción de cadáveres, principalmente en Guanajuato (con 116 víctimas); masacres, particularmente en Guanajuato (con 176 casos); y calcinamiento, en particular en Baja California (con 70 víctimas).

En el periodo se reportaron 410 asesinatos de niñas, niños y adolescentes, especialmente en Guanajuato, con 46 víctimas.

El informe incluye los asesinatos de los periodistas Fidel Ávila Gómez y Luis Eduardo Ochoa, en Michoacán; de María Elena Ferral y Julio Valdivia, en Veracruz; de Víctor F. Álvarez y Pablo Morrugares, en Guerrero; de José Castillo Osuna y Jorge Armenta, en Sonora; de Mariano Soto, en Baja California; de Arturo Alba Medina, en Chihuahua; Israel Vázquez, en Guanajuato; Jesús Alfonso Piñuelas, en Sonora; y Jaime Castaño, en Zacatecas.

“Este mosaico de atrocidades muestra lo equivocadas que son las explicaciones generalizantes y reduccionistas sobre las violencias en nuestro país. Más allá de factores comunes obvios, como la producción social de patologías y la impunidad, la mitología prevaleciente, sintetizada en imágenes como las de “el narco” o los “carteles”, nubla y distorsiona realidades complejas en las que interactúan instituciones, grupos criminales, liderazgos de distinto tipo, mercados formales e informales, y comunidades lastimadas por una vida social y política que se expresa mediante acciones y relaciones frecuentemente violentas”, indicó Causa en común.

“Desde luego, se requieren políticas nacionales que permitan elevar y homologar capacidades y procedimientos policiales y ministeriales, pero igualmente son indispensables las aproximaciones sociológicas que trasciendan los enfoques meramente policiacos, que permitan la comprensión de las realidades locales, y que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad, de prevención y sociales, que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país”, abundó la ONG. 


Source link
Salir de la versión móvil