El juicio contra la líder electa de Myanmar, Aung San Suu Kyi, fue pospuesto este lunes después de que esta no acudiera a una vista judicial por motivos médicos, tal y como informó su abogado.
Estaba previsto que se presentara ante el tribunal de Zabuthiri en Naipyidó, la capital de Myanmar, pero un miembro de su equipo legal, U Jin Maung Zaw, ha indicado que “non se encuentra bien”. “Dijo que se había mareado y tenía la cara roja”, ha afirmado.
Suu Kyi se encuentra bajo arresto domiciliario desde el pasado 1 de febrero, cuando tuvo lugar el golpe de Estado en el país. La líder se enfrenta a cargos por violar las restricciones impuestas por el coronavirus y cometer delitos de sedición, entre otros. La junta militar también la imputó por corrupción.
Sin embargo, disidentes y seguidores de la política, que ganó el premio Nobel de la Paz en 1991, insisten en que el Ejército busca silenciarla a largo plazo, por lo que está previsto que se enfrente a duras sentencias.
Sus abogados se reunieron con ella esta mañana sobre las 9.30 en un encuentro que duró unos 10 minutos. Suu Kyi les pidió entonces que solicitaran la posibilidad de que se asentara de las vistas judiciales, según informaciones del diario The Irrawaddy.
Así, el tribunal pospuso las vistas en su contra, si bien el juicio contra el expresidente U Win Myint se reanudó. La junta, por su parte, insiste en que las medidas tomadas tras el golpe tienen como objetivo proteger la democracia y señalan que se produjo un fraude electoral en noviembre pasado.
El pasado fin de semana, al menos 17 personas murieron como consecuencia de una ofensiva militar contra la aldea de Myin Thar, en la región de Magway, una zona con presencia de las milicias civiles constituidas para resistir a la dictadura militar, informó la prensa local.
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El portal del periódico The Myanmar Now informó que los combates comenzaron el jueves y que al menos trece aldeanos miembros de las fuerzas de defensa civil y cuatro civiles no combatientes murieron debido a la operación militar.
La mayoría de las víctimas eran adolescentes de entre 12 y 18 años que se habían sumado a las milicias rebeldes. Otras fuentes apuntan a por lo menos 20 muertos.
(Con información de Europa Press)
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