Mientras el tenis español todavía saborea el último éxito parisino de Rafael Nadal, en paralelo sigue progresando un joven jugador que, de no torcerse demasiado las cosas, está destinado a recoger el liderazgo nacional del mallorquín en el futuro. Crece y crece Carlos Alcaraz, tenista con un formidable porvenir y triunfador este domingo en el challenger de Alicante. El murciano, de 17 años, venció en la final a Pedro Martínez (7-6(6) y 6-3, en 1h 43m) y enlazó su segundo trofeo consecutivo tras el obtenido el fin de semana pasado en Barcelona.
Entonces, siete días atrás, su victoria quedó enterrada por la catarata de alabanzas que recibió Nadal en París, pero Alcaraz sigue emitiendo señales e iluminando su nombre. Con el de Alicante, son ya tres títulos de la categoría challenger –el primero fue en Trieste, Italia, el pasado 30 de agosto– que acompañan a una temporada fabulosa en la que definitivamente se ha destapado y confirmado todos los buenos presagios que se hacen sobre él desde hace tiempo: Alcaraz es, con mayúsculas, el nombre a seguir a medio y tal vez corto plazo.
De la mano de su preparador, Juan Carlos Ferrero, el murciano arrancó el curso con el propósito de ir abriéndose paso en el ranking y ascender de forma natural. En febrero logró su primera victoria en el circuito de la ATP, con 16 años en el torneo de Río de Janeiro, frente a Albert Ramos, y tras partir el año en el 490º puesto ha conseguido escalar hasta el 136º. La interrupción por la pandemia no le frenó y a su regreso ha ido coleccionando premios, tres de momento, y la final de otro challenger en Cordenons.
Su progresión le permitió acceder por primera vez a la fase clasificatoria de un Grand Slam, en Roland Garros, pero allí le detuvo Aleksandar Vukic en la primera estación. Sin embargo, pese al jarro de agua fría Alcaraz ha mantenido el paso y continúa enlazando triunfos de mérito. Si el fin de semana pasada batió a Damir Dzumhur (23º del mundo hace un par de años, el 113º en la actualidad) para festejar en Barcelona, esta vez se impuso a Martínez, que venía de alcanzar la tercera ronda en el Bois de Boulogne y en enero también se dejó ver en Melbourne, donde llegó a la segunda.
Lo hizo Alcaraz a su estilo, con decisión desde el fondo y determinación para abordar la red, seña de identidad de su tenis. Lo consiguió volteando un primer parcial muy adverso y poniendo la directa en el segundo para reducir al 97º de la ATP. De esta forma, el español (17 años y cinco meses) se convirtió en el segundo jugador más joven que gana tres challengers tras el francés Richard Gasquet, quien con 16 años y 10 meses celebró Montabaun, Sarajevo y Nápoles. Como referencia, Novak Djokovic obtuvo Aachen, Budapest y San Remo con 17 y 11.
Sigue, pues, quemando etapas a una velocidad de vértigo e insinuando que tal vez deba pensar directamente en la máxima categoría. Pensando ya en la prueba de Marbella, dentro de dos semanas, no sería extraño verle entre los 100 mejores del circuito profesional al finalizar 2020.
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