Nadal no encuentra oposición


Por más que Daniel Evans le buscase las cosquillas y condujera la primera mitad del partido a un territorio lleno de minas, Rafael Nadal se apoderó de la victoria (7-5 y 6-3, en 1h 43m) y continuó pisando el acelerador. Ya son 17 triunfos en otros tantos partidos esta temporada, por lo que iguala los históricos arranques de Pete Sampras (1997) y Roger Federer (2018); al primero le frenó el checo Bohdan Ulihrach, precisamente en la 2ª ronda de Indian Wells, y al segundo Juan Martín del Potro, superior al suizo en aquella final. Ahora, el hombre a batir es Nadal, que se medirá en los octavos del torneo californiano con Reilly Opelka (6-7(4), 6-4 y 6-4 a Denis Shapovalov) y no encuentra oposición.

Evans le exigió y le forzó, pero en estos momentos no hay quien le tosa al mallorquín. Lo tuvo contra las cuerdas en el estreno Sebastian Korda y resistió, y el inglés se inclinó antes. Nadal, de 35 años, enfiló la siguiente ronda y se unió a Carlos Alcaraz (6-2y 6-0 a Roberto Bautista), demostrando una vez más que actualmente no hay obstáculo mayor que él. Con tres trofeos y un pleno de triunfos, cazó a Sampras y Federer, y alcanzó el tercer mejor registro de Novak Djokovic. El serbio también firmó un 17-0 en el despegue anual de 2013, aunque en 2020 subió el listón a un 26-0 y antes, en 2011, estableció el récord de 41-0.

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“He sacado mejor y he logrado más ganadores que el otro día. No he empezado como quería, pero he mejorado poco a poco y estoy contento de haber sacado adelante ese momento difícil del primer set. He dado un paso adelante, aunque necesito mejorar”, expuso el ganador, que obtuvo su 400ª victoria en los Masters 1000; en este sentido, Nadal figura por delante de por delante de Federer (381) y Djokovic (374).

La carrera de Evans quedó marcada para siempre por el rastro de la cocaína. Suspendido durante un año, entre 2017 y 2018, el episodio oscureció las virtudes de un jugador que sabe jugar y competir, y que pese a no hacer ruido siempre es un rival espinoso. Siempre da la cara, nunca se arruga. Aguanta en el peloteo y es incisivo, con su particular estilo eléctrico. Tiene argumentos (buen revés a una mano, notable volea) y es contestatario. Y durante un buen rato tuteó a Nadal, al que le costó deshacer el enredo del primer set.

Versión grisácea

Con una propuesta muy diferente a la del adversario previo, Korda, el inglés (31 años) le arrebató el servicio y le obligó a remar a contracorriente. No encontraba el punto dulce el de Manacor, demasiado ciclotímico, como si hubiera perdido una pizca o dos de chispa respecto a lo exhibido hace tres semanas en Acapulco. En cualquier caso, la versión grisácea de Nadal sigue siendo un escollo desproporcionado para la mayoría de los jugadores y cuando debía afilarse se afiló. Con 5-5, salvó una bola de break y después mordió.

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Ahí se terminó el lío. Evans no dejó de insistir, erre que erre, pero cada vez que llamó a la puerta (cuatro arremetidas, tres opciones abortadas al final) se encontró con una negativa. Adjudicado el primer parcial, el balear aceleró en el arranque del segundo (rotura y 3-0), solventó el apuro del quinto juego (casi ocho minutos) e intentó redimensionar su tenis para marcharse con un buen sabor de boca y enfilar los octavos con una mejor sensación. Iba camino de ello, pero se le quedó corto el duelo. El cuerpo le pedía más.

Resueltos los instantes delicados, cerró con un derechazo que le supo a gloria y confirmó, ante los ojos del propietario del torneo, el multimillonario Larry Ellison, lo visto hasta ahora en este 2022: Nadal busca rival.

Badosa sirve durante el partido contra Sorribes.Harry How (AFP)Badosa progresa, Azarenka cae

En el último turno del día, Paula Badosa apeó a Sara Sorribes (7-6(4) y 6-1, en 2h exactas) y se enfrentará este martes en los octavos (2.00, Teledeporte y DAZN) a Leylah Fernandez (6-1, 3-6 y 6-3 a Shelby Rogers). La defensora del título descerrajó el primer set, muy igualado, y a partir de ahí encarriló un pulso que la valenciana trató de llevar al plano físico. La catalana, de 24 años, aguantó el envite y progresó apretando los dientes.

“Ha sido muy duro, ella me conoce muy bien. Tanto física como mentalmente ha sido difícil. He peleado hasta el final y gracias a eso he podido ganar”, expresó la número siete del mundo, campeona hace dos meses en Sídney.

En sentido opuesto, la otra finalista de 2021, Victoria Azarenka, se despidió del torneo al caer contra la kazaja Elena Rybakina por 6-3 y 6-4. La bielorrusa, de 32 años y que jugó con varias protecciones en el bazo derecho, no pudo contener las lágrimas mediado el segundo set y detuvo el juego durante un par de minutos hasta que pudo continuar.

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