Naturgy segrega su negocio en dos compañías cotizadas



El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en una imagen de archivo.Efe

La energética española Naturgy divide sus negocios en dos compañías cotizadas: una que se quedará con los activos regulados de infraestructuras de transporte y distribución de gas y electricidad, y otra que mantendrá los negocios liberalizados de generación y comercialización de energía. “No se va a vender nada ni tendrá impacto sobre el empleo”, ha negado en repetidas ocasiones el equipo directivo de la empresa. “Es una reordenación; nada más. No supone un troceo, porque no se vende nada y las estructuras accionariales serán las mismas”. Cada accionista actual recibirá un título de cada una de las dos firmas ya escindidas, con un calendario que no ha detallado.

La operación, comunicada a primera hora de la tarde a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aún requiere del visto bueno de la junta general de accionistas. Y llega pocos meses después de que el fondo de inversión australiano IFM lanzase una opa no solicitada sobre la española en la que solo logró hacerse con poco más del 10% del capital que después ha ido elevando hasta superar el 12%.

La segregación, según ha enfatizado el presidente ejecutivo de la antigua Gas Natural Fenosa, Francisco Reynés, cuenta con la aprobación “unánime” de todo el consejo de administración. También con la venia del representante de IFM que acaba de acceder, este mismo jueves, al máximo órgano de gobierno de la compañía. “Llevamos trabajando en el proyecto dese hace algunos meses y no es una respuesta a nadie”. Fuentes cercanas al vehículo inversor confirman a este diario que ven la operación con buenos ojos, tanto por la segregación de actividades en sí como por el hecho de que dé entrada a uno de sus ejecutivos en el consejo de la energética, una de sus prioridades desde que el año pasado emprendieron el asalto al capital de la española.

El valor de mercado —y en libros— de Naturgy se dividirá “en dos partes” que forzosamente no serán alícuotas. “No puedo decir cuánto en cada lado porque dependerá de la deuda que se le asigne a cada empresa. Aún tenemos que hacer un análisis de detalle”, ha añadido Reynés al tiempo que mostraba su “convencimiento” en que es una “buena operación para todos” y que “también acabará siendo para la cotización”. En la práctica, ha remarcado, “ya estábamos trabajando así desde hace años: casi toda la plantilla trabaja en alguno de los dos negocios, salvo los que estamos en la parte corporativa”.

Aunque el reparto de la deuda, un punto clave en una operación de esta naturaleza, no ha sido desvelado, lo previsible es que la compañía de actividades reguladas soporte un mayor endeudamiento, porque al contar con ingresos más seguros y predecibles lo lógico es que tenga un coste financiero menor. Naturgy ha anunciado que la operación estará diseñada de modo que la separación sea neutral desde el punto de vista fiscal tanto para la compañía como para sus accionistas.

Este jueves, la empresa ha anunciado, además, la convocatoria de una junta general de accionistas para el próximo 15 de marzo. No será en esa ocasión, sin embargo, cuando la segregación se someta a la consideración de los dueños de la empresa: fuentes de la energética explican que habrá que esperar aún unos meses para que se cierren todos los cabos sueltos.

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El proyecto de escisión de los negocios de Naturgy, anunciado poco antes del cierre de la Bolsa —una rareza, ya que este tipo de anuncios suele realizarse con el mercado ya clausurado—, ha sido acogida con subidas y, sobre todo, con mucha volatilidad. Nada más comunicar sus planes a la CNMV, las acciones de la energética, que estaban cayendo, se dispararon un 5,6% en unos minutos. Luego perdieron parte del terreno ganado y cerraron la sesión a 28,40 euros por acción, con una subida del 1,72% frente al cierre del miércoles. Curiosamente, el plan de dividir la compañía en dos no se comunicó al supervisor como información privilegiada, la que tiene impacto en la cotización, sino como “otra información relevante”, de menor importancia, pese a ser una operación de la máxima trascendencia para los accionistas.

El proyecto, bautizado como Géminis, supone una “profunda reorganización de la compañía” y “un nuevo paso en su proceso de transformación”, según explica al regulador bursátil. “Pretende dar respuesta a los importantes cambios que se están produciendo en el sector energético y que van a marcar su futuro”, apostilla la dirección de la empresa, al tiempo que remarca que ambas divisiones estarían “entre las veinte primeras compañías del Ibex 35 por capitalización bursátil”. Habrá que esperar, sin embargo, unos meses para saber si ambas sociedades entran o no en el selectivo. Algo a lo que, sin embargo, el presidente de la empresa ha restado importancia.

Dos “campeones nacionales”

“Se crean dos campeones nacionales. Estamos hablando de dos compañías de gran tamaño y para España es mejor tener dos empresas de esta envergadura que una sola”, ha puesto en valor el presidente ejecutivo de Naturgy. Preguntado por si el Gobierno estaba al tanto, Reynés ha afirmado que la empresa “ha informado a quien tenía que informar”. La propuesta de división de los negocios, ha dicho, ha partido del comité de dirección y no del consejo de administración.

El año pasado, la antigua Gas Natural Fenosa se apuntó unas ganancias netas de 1.214 millones de euros, frente a las pérdidas de 347 millones cosechadas el ejercicio anterior, según los resultados presentados el viernes pasado. Con los precios de la luz en máximos históricos y la demanda energética regresando poco a poco a los niveles prepandemia, el beneficio bruto de explotación (ebitda) escaló hasta los 3.983 millones de euros, un 7% más que en 2020. La deuda neta, por su parte, bajó casi un 6%, hasta los 12.831 millones.

La empresa reformula su consejo de administración para dar entrada a IFM

La irrupción del fondo de inversión australiano IFM en el capital de la energética ha obligado a Naturgy a una reformulación de su consejo de administración para dar cabida al nuevo accionista. El máximo órgano de gobierno de la empresa se mantendrá en 12 miembros, pero con una composición bastante distinta a la que tenía hasta ahora: gracias a la renuncia de dos consejeros independientes, la empresa dará entrada a un representante más de Criteria (el holding de inversiones de CaixaBank y primer accionista, con el 27% del capital), que pasa de dos a tres asientos. El vehículo inversor australiano, por su parte, logra su ansiado puesto en el consejo de la energética, que será para su hombre fuerte en España, Jaime Siles Fernández-Palacios. Nacido en 1986, Siles será el consejero más joven del Ibex 35. “Somos una compañía seria: respetamos los intereses de todos los accionistas y teníamos que dar solución a un problema, que era reconfigurar el consejo para dar cabida a la representación de todos los derechos”, ha dicho el presidente de la energética, Francisco Reynés.


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