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Negociaciones de alto al fuego en Gaza peligran tras asesinato de Haniyeh

Negociaciones de alto al fuego en Gaza peligran tras asesinato de Haniyeh

El asesinato de Ismail Haniyeh, máximo líder político de Hamás y jefe negociador frente a Israel para un alto el fuego en la Franja de Gaza, pone en la cuerda floja las discusiones para el fin de la guerra, que hoy cumple 300 días, mientras se extiende el riesgo de una escalada regional.

Haniyeh ha encabezado las conversaciones indirectas con Israel desde noviembre, con la mediación de EU, Egipto y Catar, y aunque poco trasciende formalmente, fuentes próximas a las negociaciones sí veían al jefe político más proclive a ceder y pactar; mientras que el líder del grupo dentro del enclave, Yahya Sinwar, que tiene la última palabra sobre el destino de los secuestrados, es implacable.

“El acuerdo representa el único camino viable para la libertad de los rehenes, poner fin al conflicto e iniciar un proceso de sanación y reconstrucción en la región”, insistió hoy, en un mensaje dirigido al primer ministro, Benjamín Netanyahu, el Foro de Familias de Rehenes, conscientes de que la muerte de Haniyeh dificulta las cosas.

Netanyahu no se ha pronunciado todavía sobre el futuro de las negociaciones, pese a la ansiedad de las familias de los 111 secuestrados que quedan en el enclave, pero su oficina informó de que hoy se reunió el coordinador para la cuestión de los rehenes del Ejército, Gal Hirsch, y otros asesores para discutir ese asunto, sin dar más detalles.

Foto: Ruters

El grupo islamista ha quedado casi descabezado: no sólo con el “asesinato selectivo” de Haniyeh ayer en Teherán, en un ataque atribuido pero no reivindicado por Israel; sino también tras confirmarse hoy la eliminación del comandante jefe de las Brigadas al Qasam -brazo armado de Hamás-, Mohamed Deif, en un bombardeo sí admitido por Israel hace veinte días en Mawasi, sur de Gaza.

Deif representaba el ala dura y beligerante del liderazgo de Hamás -junto con el líder del grupo en el enclave, Yahya Sinwar, considerados ambos los cerebros del atentado del 7 de octubre-; frente a Haniyeh, presidente del buró político, más pragmático y abierto a la negociación, no solo con Israel, sino también con la facción palestina rival, la secular Fatah.

Con Haniyeh fuera de la ecuación -Israel también mató al ‘número dos’ del buró político en el exilio, Saleh al Arouri, en enero en Beirut- queda Sinwar, quien se presupone escondido por los túneles de Jan Yunis y solo localizable por unos pocos, casi como el único poder dentro del grupo, con posturas mucho más intransigentes para un alto el fuego.

No obstante, las estructuras internas de Hamás permiten renovar su liderazgo rápidamente tras la muerte de sus líderes, algo que ha sido una constante en la historia del grupo. De momento, Jaled Meshal, de quien Haniyeh tomó el testigo al frente del grupo en 2017 y quien seguía en el buró político, también desde Catar, parece el sucesor más probable.

Además de las bajas en Hamás, Israel también mató hace dos días al jefe militar de Hizbulá, Fuad Shukr, en un ataque en Beirut. Tanto las Brigadas al Qasam, como el grupo chií libanés, e Irán han prometido venganza por estos “asesinatos selectivos”, lo que hace temer una escalada bélica regional en paralelo a la guerra en la Franja de Gaza, en la que han muerto más de 39.500 palestinos en 300 días.

El líder supremo iraní, el Ayatolá Jameneí, habría ordenado una “respuesta directa” contra Israel, según filtraciones a medios; y el líder de Hizbulá, Hasán Nasrallah, amenazó hoy con “una nueva etapa en la batalla contra los sionistas”.

Foto: Ruters

“Estamos preparados para cualquier escenario, defensivo u ofensivo. Cobraremos un precio muy alto por cualquier acto de agresión”, advirtió hoy Netanyahu.

Poco ha trascendido de la muerte de Haniyeh, a quien hoy se le rindió homenaje en Teherán y mañana será enterrado en Catar, pero The New York Times ha publicado, citando fuentes oficiales estadounidenses y de Oriente Medio, que el asesinato se planificó hace meses y se cometió con una bomba activada por control remoto que había sido introducida y camuflada en la habitación en la que dormía el líder de Hamás.

Haniyeh, que se encontraba en Irán por la investidura de presidente Masoud Pezeshkian, se alojaba en una casa de protocolo de la Guardia Revolucionaria, en la misma habitación en la que se hospedaba en sus frecuentes viajes a Teherán.

En el ataque, que de confirmarse sería una brecha de seguridad enorme para Irán, también falleció su guardaespaldas, Wasim Abu Saaban, pero sobrevivió el líder de la Yihad Islámica, Ziad Nakhaleh, que se alojaba en la habitación de al lado.


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