Nenuco con Larios


Se cae el mundo. No hay suministros. No hay chips, los compradores de coches (quienquiera que compre coches ahora) tardan meses y meses y meses en recibirlos, hay una escasez tremenda de una consola que al parecer es importantísima y no llega ginebra inglesa a las añoradas barras recién reinauguradas. Así que se cae el mundo.

Este lunes Larios era tendencia en Twitter. Me sorprendió. No parece un trending topic muy de lunes, pero quién soy yo para juzgar. Al indagar un poco descubrí que todo venía a cuenta de un artículo comentadísimo en la red social en el que los hosteleros denunciaban la falta de ginebras inglesas. La solución propuesta por los usuarios era beber Larios. Ya saben que aquí cuando se trata de defender un producto local, no hay fisuras.

Solo un día después me encuentro con un maravilloso hilo de Twitter en el que la usuaria @la_exquis explica que, a pesar del desabastecimiento global, y británico en particular, hay algo que no falta en Inglaterra. La colonia Nenuco. Ella vive en Londres y ha detectado que, al parecer, algunos ingleses están obsesionados con esta colonia española creada en Barcelona por Ramón Horta en 1946. Personaje único, era un republicano apabullante, con cierta tendencia a la depresión que paliaba con barbitúricos y que tomaba unos 20 cafés al día. Fabricó la colonia de forma casi artesanal hasta 1968 en su casa de la calle Arai, al lado de la plaza Orwell, según contaba en 2003 Xavier Moret en EL PAÍS. Horta murió en 1968 y tras unos años donde su hermano se hizo cargo del negocio en 1985 su familia vendió la colonia que ahora fabrica Reckitt Benckiser, una empresa británica, lo que puede explicar algunas cosas de este fenómeno.

Pero volvamos al hilo en cuestión. Además de colonia Nenuco, algo que a ningún español sorprende, pues ¿quién no se ha bañado —de forma más literal que figurada— en esta colonia?, en Inglaterra se venden muchos productos de limpieza españoles. Según explica la autora del hilo, en Instagram hay muchos perfiles que cuentan las bondades de productos insólitos: limpiasuelos Asevi, desinfectante Las tres brujas, jabón Xanpa, en ocasiones empaquetados por colores y cerrados en celofán con lazada como si fueran cestos de frutas de Harrod’s.

Durante unos años viví en Miami. Allí descubrí que todos los suelos de todos los edificios de la ciudad (exagero, pero no tanto) se limpiaban con Fabuloso, un limpiasuelos de aroma a lavanda de origen latinoamericano. Muchos de los latinos emigrados a Miami, desde luego todos los que se dedican a la limpieza, no han abandonado sus países por voluntad propia. La añoranza de su casa, además de en la Calle Ocho o en unos tequeños, en algunos gallos que corretean por las calles y en la Torre de la Libertad, se manifiesta en el empleo indiscriminado de Vicks Vaporub para curarlo todo, un resfriado, una lesión, mal de amores; y en el olor de un fregasuelos. Tanto es así que hay muchos tutoriales para fabricar tu propio Fabuloso en casa.

Lo curioso es que los compradores de los productos de limpieza españoles en el Reino Unido no son emigrantes, sino los propios ingleses. Me gusta la razón que dan los vendedores para este furor: “¡Un regalo para los sentidos! Tan pronto abres una botella te transportas a una soleada villa española”. La grandeza de la creación de los usos y costumbres de barrios y pueblos y países es que es tan caprichosa como lógica.

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