Barcelona y Madrid (Madrid y Barcelona, da igual el orden) andan enfrascadas desde hace semanas en un debate que comenzó en la calle y ha acabado en la política, en las alcaldías. Una polémica a la que no se resiste ni el prime time televisivo de un sábado noche, ni famosos como Gerard Piqué. El futbolista alabó hace unos días a Madrid y afirmó que siente “una envidia sana” de la ciudad. Pero ¿cuál de las dos está ahora mismo mejor?
El alcalde José Luis Almeida aseguraba el pasado 27 de octubre ante los empresarios del círculo ecuestre barcelonés que “Madrid va como un tiro” y remachaba que la capital española “ha cogido el relevo a la Barcelona olímpica”. El regidor madrileño sacó pecho de su ciudad, de su capacidad de atraer inversiones, del orden público, y lamentó las críticas a la ciudad por su baja presión fiscal o la gestión de la pandemia.
La alcaldesa Colau respondió en La Sexta la semana pasada abogando “por el diálogo”, rechazando “la confrontación política” y negó que Barcelona esté peor que Madrid. “No es verdad”, dijo, y enumeró un reguero de argumentos: que el paro ha bajado más en la capital catalana, que es más atractiva para corporaciones tecnológicas, citó capitalidades, bienales y ferias… y presumió de “un modelo de ciudad distinta”: con más gasto social, que lucha más contra el cambio climático y más vivienda social. En una pulla a Almeida, manifestó su añoranza por “el tono” de la exalcaldesa Manuela Carmena.
Con datos oficiales en la mano, los dos tienen razón. Madrid y Barcelona se parecen en renta, precio de la vivienda, edad media y hasta en días de lluvia (98 frente a 86, respectivamente) y horas de sol (2.936 y 3.046). Madrid tiene mejores indicadores en creación de empresas, visitantes, seguridad o zonas verdes. Mientras, Barcelona tiene menos paro, más gasto social y cultural, menos desigualdad y gana también en movilidad sostenible y contaminación. Los que siguen son los 53 grandes datos de fuentes nacionales y municipales agrupados por temáticas.
Las ciudades y su población
Madrid tiene el doble de población (3,3 millones de habitantes) que Barcelona (1,6 millones). Y además tiene una extensión seis veces mayor (600 kilómetros cuadrados frente a 100), lo que la convierte en menos densa, al tiempo que alarga los desplazamientos. Barcelona es de las ciudades más densas de Europa, con más de 16.000 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a los 5.265 de Madrid. Las dos empatan en edad media de sus vecinos: 44 años, y los de Barcelona tienen una esperanza de vida mayor (84,4 años frente a 82). En ambas ciudades la pandemia provocó una sobremortalidad que, en el caso de Barcelona, no se veía desde la Guerra Civil: en 2020 se atribuyen 4.300 fallecimientos a la pandemia; Madrid no tiene el dato de ciudad. Las cifras de defunciones por 100.000 habitantes en 2020 hablan de 217 fallecidos en la comunidad de Madrid y 168,5 en Cataluña, según el INE.
Las grandes cifras económicas
El pulmón económico de la capital de España, el Producto Interior Bruto (PIB) madrileño ―valor monetario de los bienes y servicios que produce un territorio— se situó en 2019 en 152.556 millones de euros, mientras que la ciudad condal 86.836 millones, una diferencia entre ambas de más de 65.000 millones. En 2020, golpeadas por la pandemia, pero con intervenciones diferentes a la hora de gestionarla ―a diferencia de Madrid, Barcelona aplicó el cerrojazo a la hostelería y al ocio cultural: cine, teatros, museos― el PIB fue el siguiente: en Barcelona 11.000 millones menos que hace dos años (77.844) y Madrid, 14.681 (137.875).
En cuanto al desempleo, la tasa de paro de Barcelona es hoy menor que la de Madrid con dos puntos porcentuales de diferencia (10,6% frente a 12,7%), según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). La renta neta media anual por habitante (la suma de lo que ingresa un hogar dividido entre sus miembros) es muy parecida: 16.700 frente a 16.386, una diferencia de apenas 314 euros.
La diferencia más clara y contundente y donde Madrid se dispara por completo en la curva de divergencias macroeconómicas es en la creación de empresas. En lo que va de año, la capital ha creado 12.205 sociedades, el doble que Barcelona, que se queda en 5.911. Ninguna de las dos ciudades tienen cifras actualizadas de bajas de empresas.
Desigualdades, gasto social y vivienda
Con una renta neta por persona parecida, las dos ciudades tienen grandes diferencias entre barrios y distritos. En Barcelona el distrito más rico multiplica por 2,4 veces la del más pobre (Sarrià Sant Gervasi respecto a Ciutat Vella); en Madrid la brecha es todavía mayor: 2,8 veces (Chamartín respecto a Usera). En el capítulo de servicios sociales, la capital catalana lleva años encabezando el listado de gasto que elabora la Asociación de Directores de Servicios Sociales: en 2020 el Consistorio destinó 230,2 euros por habitante; frente a los 154,9 de Madrid. En porcentaje sobre las cuentas municipales, Barcelona destina el 14,1% y Madrid el 11,4%. Las dos ciudades carecen de una cifra equiparable en tasa de pobreza, un indicador que oficialmente sí existe por comunidades: la tasa Arope de riesgo de pobreza de 2020 era del 20,9% en la Comunidad de Madrid y del 22,8% en Cataluña.
El mercado de la vivienda es determinante para las familias vulnerables, aunque no existe un dato oficial sobre el precio del alquiler en Madrid (en Barcelona el tercer trimestre de 2021 era de 904 euros). Tomando los datos de oferta del portal Idealista, el precio del metro cuadrado es muy parecido. Un piso de 80 metros cuesta de media en Barcelona 1.200 euros y en Madrid 1.184. O dicho de otra manera: 15 euros el metro cuadrado en Barcelona y 14,8 en Madrid, con una caída interanual superior en esta última, según la web, y pese a que Cataluña regula desde hace un año los precios del alquiler, que no pueden subir. Para paliar la falta de vivienda pública, Madrid está construyendo 4.132 pisos sociales y Barcelona 2.329.
Turismo y consumo
Casi 15 millones de pasajeros (14,8) han pisado el aeropuerto de Madrid-Barajas, según datos de Aena, una diferencia de 3,3 millones con respecto a Barcelona. Una disparidad que se explica porque Barajas es ya la principal conexión con los vuelos con Latinoamérica. Madrid-Barajas aporta el 22,4% de los pasajeros nacionales y el 52,3% de las mercancías, mientras que Barcelona-El-Prat tiene una cuota de mercado del 19,1% de pasajeros y el 17,1% de mercancías, con datos de 2019, los más representativos de un año normal por ser los anteriores al enorme golpe que ha supuesto la pandemia para el transporte. Otro dato clave son las pernoctaciones. En lo que va de año Madrid supera a Barcelona en casi dos millones (5,9 frente a 4).
En cuanto al turismo, todos los indicadores recalcan que Madrid ha apostado fuertemente por el turismo de lujo, un motor de recuperación que ha servido para levantar inmediatamente las arcas de la ciudad tras la pandemia. A diferencia de Barcelona, Madrid es una de las capitales mundiales con más hoteles de lujo en el centro de la ciudad. Entre otras cuestiones porque la capital catalana no permite nuevas aperturas de establecimientos, salvo en la periferia de la ciudad, desde 2017. El precio de una habitación en un hotel de cinco estrellas en Madrid (605 euros) dobla el de Barcelona (340), según un cálculo elaborado por la consultora 3 Capital comparando cinco establecimientos con ubicaciones y servicios equiparables.
Otro indicador es la afluencia de visitantes a las dos grandes ferias de las ciudades. En 2019, el último año con datos y sin pandemia de por medio, Ifema Madrid albergó a 4.320.000 visitantes, mientras que la Fira de Barcelona a 2,5 millones. En cuanto a los museos, la capital recibió en 2020 más de cuatro millones de visitantes, mientras que la ciudad condal albergó un millón.
Otra de las diferencias entre ambas ciudades es la apuesta por la hostelería. Ahora mismo existen en Madrid 17.500 bares y restaurantes, según los últimos datos aportados por los hosteleros de la capital. En Barcelona, con datos de 2019 porque todavía no están actualizados tras la pandemia, la cifra se situaba en 9.000. Es decir que, tras el zarpazo del coronavirus, Madrid todavía tiene el doble de bares que la ciudad condal. De ahí que los políticos madrileños resalten siempre las políticas para los bares y restaurantes en sus visitas a Cataluña.
¿Y en la tabla de precios qué sucede? La diferencia al pagar un gin-tonic o una cerveza apenas varía con datos actualizados. Mientras en los locales de Gran Vía de Madrid un combinado de ginebra puede llegar a costar de media 12,5 euros, en Barcelona el precio oscilaría entre los 8,90 y los 13,3 en el paseo de Gràcia. El precio de una caña, sin embargo, no varía entre los distritos más humildes. La caña en los barrios de renta más baja se sitúa en 1,5 euros por caña, mientras que en la zona centro alcanzaría el doble. El menú del día en un polígono industrial de Barcelona es de nueve euros y en Madrid 10. En la zona centro, sin embargo, se cobrarían cuatro euros más (13,5 en Barcelona y 14 en Madrid).
Transporte y movilidad
Con tarifas de transporte público parecidas, Madrid, con mucha más extensión, dobla a Barcelona en kilómetros de red de metro (294 frente a 166) y la supera en mucho en estaciones (317 contra 186). Barcelona, en cambio, gana por goleada en infraestructura ciclista. La quintuplica. Sumados los carriles bici construidos en pandemia, siempre segregados del resto del tráfico, Barcelona cuenta con 240 kilómetros frente a solo 59 Madrid. La capital catalana está además reconquistando asfalto y convirtiéndolo en espacio de uso ciudadano, con su plan de supermanzanas (calles o cuadrículas con tráfico limitado a los vecinos).
Seguridad
Madrid (con el doble de habitantes) es una ciudad más segura que Barcelona, según el último informe de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior. De enero a junio se han producido en Barcelona 16 homicidios, 2 más que en Madrid (14), cuenta con menos agresiones sexuales (123 frente a 193), menos robos con violencia (5.620 frente a 7.965), menos robos con fuerza en domicilios y establecimientos (5.798 frente a 6.485). El único dato en que Madrid supera a Barcelona es el número de hurtos, con casi 9.000 más. (41.111 frente a 50.270).
Contaminación y zonas verdes
Esta misma semana Madrid apareció en un ranking de ciudades del ISGlobal como la ciudad que encabeza la contaminación en Europa. Aunque las cifras de Barcelona no están lejos. La media anual de contaminación por NO2 (dióxido de nitrógeno, asociado al tráfico) es de 39,2 microgramos por metro cúbico en Madrid y de 38,9 en Barcelona. Si estos valores se rebajaran a los nuevos mínimos de contaminación que propone la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar casi 2.000 muertes anuales en Madrid y 1.500 en Barcelona. Para luchar contra la contaminación, Barcelona estrenó en 2020 la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), un perímetro de 100 kilómetros cuadrados por donde no pueden circular los vehículos sin distintivo ambiental, los más contaminantes. Sin embargo, el propio Consistorio reconoce que la ZBE no ha reducido la contaminación, porque desde que fue anunciada hasta que se implantó y se comenzó a multar, el parque automovilístico había mejorado. Por ahora, descarta endurecer las restricciones.
Con la llegada de Almeida a la alcaldía, el regidor popular prometió eliminar Madrid Central, los 4,7 kilómetros cuadrados de restricciones al tráfico de la zona centro. Sin embargo, no ha sido así. La nueva ordenanza de medio ambiente permite la entrada de más de 45.000 coches que antes no tenían acceso. Se trata de los comerciantes de la zona centro, que previamente tenían restringido el acceso para los coches más contaminantes.
En materia de zonas verdes, también elaborado por el ISGlobal, apunta a un índice casi igual (0,33 en Madrid y 0,32 en Barcelona sobre 1), aunque por su extensión, en Madrid solo el 66,5% de la población está debajo del índice que se considera deseable; frente al la elevada tasa de Barcelona, del 81,6% de la población. Y una última cuestión que sí comparten los dos alcaldes: la polémica (con los partidos de la oposición abonados, a menos de dos años de las elecciones) sobre la limpieza en la ciudad. Madrid lanzó el pasado 3 de noviembre su nuevo contrato de recogida de basura y limpieza viaria por 1.636 millones en los próximos seis años (272 al año). Barcelona, con el contrato ya adjudicado, por 307 millones al año, lo estrenará en 2022.
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