Sin lugar a dudas, uno de los mayores placeres del verano es tomarse una cerveza fresquita. Ahora bien, según advierten los expertos, no es una buena idea hacerlo en una jarra helada por dos motivos. Por lo tanto, tienes que preocuparte de meter el botellín o la lata en la nevera y así tener la cerveza fresquita cuando quieras tomarla, sin necesidad de utilizar una jarra helada.
Esta es una costumbre muy extendida en España. Multitud de bares sirven cerveza en jarra helada durante los meses de verano, así que hemos creído que también podemos tomarla así en casa. Sin embargo, los establecimientos de hostelería suelen tener congeladores exclusivos para las jarras, mientras que nosotros en casa no.
Metemos las jarras en el mismo congelador que el resto de alimentos, como carnes y pescados. Por muy bien conservados que estén, al final es inevitable que los alimentos terminen impregnando las jarras del olor, haciendo que la cerveza no tenga ni el olor ni el sabor que debería tener.
La que más afectada se ve es la espuma. Y es que, al entrar en contacto con el hielo, su textura cambia. Si hay mucho hielo pegado a la jarra a la hora de echar la cerveza, puede alterar la apariencia, el aroma y el sabor de la bebida.
Ahora bien, los expertos sí recomiendan conservar la cerveza a una temperatura inferior a la que debe consumirse. De esta manera, logramos que esté a una temperatura idónea cuando la servimos, desde que la sacamos de la nevera hasta que la tomamos.
La otra razón a la que aluden los expertos para no recomendar tomar la cerveza en una jarra helada es que cuando se sirve por debajo de 5 grados pierde sus matices. Por lo tanto, tomar cerveza helada es como tomar agua helada, así que la bebida se echa a perder.
¿Cuántas cervezas se pueden tomar al día?
Un equipo de investigadores portugueses ha realizado un estudio publicado en la revista ‘American Chemical Society’ que demuestra que beber una cerveza al día aumenta las defensas del organismo y la variedad de flora intestinal.
Este estudio se realizó con 19 hombres adultos y sanoss, quienes bebieron una lata de cerveza (33ml) todos los días a la hora de la comida, durante un mes completo. Se tomaron muestras de heces y de sangre antes y después de realizar las pruebas.
Tras analizar los resultados, los investigadores descubrieron que, habían aumentado la variedad de bacterias intestinales y los niveles de fosfatasa alcalina fecal.
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