Ha pasado poco más de un año desde que terminó la última edición de Operación Triunfo y su ganadora, Nía Correia (Las Palmas de Gran Canaria, 27 años), acaba de publicar su primer EP, Cuídate. Por los pasillos de las oficinas de Sony se oye su fuerte risa, tan característica para los fans que han seguido el concurso. También se le escucha cantar unos versos de Mi Luna Llena, tema que interpreta junto a India Martínez. Durante la entrevista con EL PAÍS se decanta por entonar un fragmento de Maldito, compuesta por Vanesa Martín. “Una de las canciones con las que me presenté al casting de Operación Triunfo era de Vanesa Martín. Imagínate salir del programa y ver que ella te ha compuesto una canción”, relata muy orgullosa.
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Martín le mandó a su representante dos temas, pero Maldito era el que mejor expresaba el momento que vive Correia: “Se nota que la composición la ha hecho para mí porque dice muchas cosas con las que… soy yo”, explica. Y añade: “Hay una estrofa que dice: ‘27 años por la cuerda floja / Y si me preguntan dónde pude ir / Ya no tengo nada, ya no tengo esposas / Tampoco un sitio donde decidir’. Yo no sabía estar sola. Me han criado mis abuelos y me han mimado mucho. Cuando salí de Canarias con 18 años, aquí [en Madrid] de repente me vi sola”. Hace un silencio y continúa: “Luego, empecé con mi pareja; después seguí con otra pareja y me he dado cuenta de que siempre he necesitado tener a alguien para ser y estar”. Ahora, gracias a su experiencia en OT, sabe disfrutar de la soledad.
Al preguntar si actualmente se encuentra sola, responde entre risas: “Ahora estoy feliz”. De esta manera muestra lo bien que se desenvuelve en las entrevistas, en las cuales no tiene ningún reparo en hablar sobre su orientación sexual. “Creo que formo parte del colectivo LGTBI porque me enamoro de las personas. Es verdad que no he estado nunca enamorada de una chica, pero sí he tenido alguna relación esporádica”, razona la cantante, poco amiga de las etiquetas: “Si me gusta alguien, me gusta y ya está. No pienso en si es una mujer o un hombre”.
Tampoco es para ella un inconveniente hablar de racismo. En más de una ocasión ha explicado que cuando se vino a Madrid para trabajar en el musical de El Rey León percibió más discriminación en la capital que en las islas. Comenta que a veces las miradas dicen mucho más que las palabras, pero advierte de que los episodios racistas que ha sufrido han sido contados. Uno de ellos fue en la última gala del concurso de la productora Gestmusic. Decidió lucir una melena afro y algunos usuarios criticaron su imagen en las redes sociales. Al recordar aquellos comentarios, no comprende la reacción de esas personas: “No lo llevo siempre porque es complicado de tratar y no tengo paciencia. Pero a mí me parece precioso el pelo afro”.
Su paso por OT también dejó otros titulares. En la quinta gala sorprendió con la difícil actuación de Run The World (Girls) y muchos medios, incluido EL PAÍS, no tardaron en denominarla la Beyoncé española. No le agradó la comparación: “Me definían como la Beyoncé española por ser negra, cantar una canción suya y hacerlo bien”. Y concluye: “Tampoco me hubiese gustado que me comparasen con… Rita, la cantaora, ¿sabes? Soy Nía, estoy haciendo mi música y ya está. Ni siquiera me gusta el mismo estilo de música [de Beyoncé]. A mí me gusta la música latina”. De hecho, en la Academia ya dio ciertas pistas de cómo quiere que sean sus espectáculos. Por el momento, en los conciertos que dará en Madrid y Barcelona en septiembre habrá una banda en directo y no todas las canciones sonarán igual que la versión de estudio. Debido a la pandemia desconoce si estará acompañada de bailarines y su promesa de servir papas arrugadas, un plato típico canario, todavía está en el aire: “Voy a hacer todo lo que esté en mi mano”, expresa riéndose.
Le quedan fechas por cerrar, pero de hacer un concierto en Las Palmas de Gran Canaria tiene claro que peleará por que su abuelo Luis acuda: “Es una persona muy sensible. Me escucha hablar en la radio, me escucha en cualquier lado y se pone a llorar. Y le da vergüenza verse en esa tesitura”. Tanto Luis como su esposa, Mercedes, suponen un gran apoyo para Correia. Son los que la han criado y quienes la llevaron a clases de canto y festivales desde niña. Tan fuerte es su vínculo que los llama “papi y mami”: “Son mis padres. En mi casa a lo mejor está mi madre [Elisa] y mi abuela y si digo: ‘Ma’, me contestan las dos. Tengo que aclarar: ‘No, a la otra”. Con su madre biológica asegura tener una relación muy estrecha, pero la referencia a su progenitor, de Guinea-Bisáu, es muy breve: “Vive, pero no tengo mucha relación con él”.
Al hablar de su familia deja entrever una personalidad muy cariñosa, como se pudo comprobar en OT. Sigue en contacto con sus compañeros y profesores; de hecho a la directora de la Academia, Noemí Galera, la tiene guardada en el móvil como “Madre de dragones”. Correia mostró ante las cámaras lo perfeccionista y autoexigente que puede llegar a ser. Aquella actitud le ayudó a conseguir la victoria, pero traía consigo muchas inseguridades. “Bajé mi nivel de exigencia y con ello también bajé mi nivel de inseguridad”, declara un año después de ganar los 100.000 euros que otorga el programa de televisión.
Para llegar a la final tuvo que pasar por situaciones complicadas, como por ejemplo actuar con Estrella Morente, quien sin avisar hizo un alegato a favor de los toros cuando tenía que cantar Volver junto a Correia en la sexta gala. Tras una larga pausa para saber qué palabras usar, la triunfita responde: “No soy rencorosa. Volvería a cantar con Estrella Morente si no me la lía”. La artista, además de considerarse antitaurina, reconoce que lo pasó mal y estuvo a punto de abandonar el escenario debido a los nervios. Sí que le apetece más colaborar con otras compañeras de profesión como Lola Índigo, Beatriz Luengo y Ruth Lorenzo.
Cada vez lleva mejor lo de componer canciones, pero afirma que le gusta más trabajar en equipo. Pese a la promoción de Cuídate, sigue desarrollando nuevos temas y acaba de finalizar el rodaje de la serie musical Érase una vez… pero ya no, dirigida por Manolo Caro para Netflix. Ha sido un año de mucho trabajo en el que poco a poco ha ido presentando las canciones que se encuentran en su primer EP, pero reconoce entre suspiros y carcajadas: “Estoy deseando coger ya vacaciones”.
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