Desde su balcón, el Pontífice exhortó a los feligreses a no bajar la guardia ante el coronavirus y a seguir las indicaciones de las autoridades.
No hay que bajar la guardia ante el coronavirus y hay que seguir cumpliendo las reglas para evitar un repunte, advirtió el Papa Francisco a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, durante el primer domingo después de que el Gobierno italiano permitiera la apertura de las fronteras internacionales y el tránsito entre regiones.
“Su presencia en la plaza es un signo de que la fase aguda de la epidemia ha pasado en Italia, aunque la necesidad de seguir con las normas vigentes, porque ayudan a evitar que el virus vaya adelante. Gracias a Dios, estamos saliendo del epicentro, pero siempre con las indicaciones que nos dan las autoridades. Pero estén atentos, ¡no canten victoria aún!, ¡no canten victoria demasiado pronto!”.
Es la segunda vez que el Pontífice se asoma por la ventana de su estudio privado en la Biblioteca Apostólica desde que comenzó la pandemia.
Hasta entonces, había rezado la oración dominical en una sala cerrada.
Francisco lamentó que en otros países, especialmente en América Latina, el virus siga cobrando muchas víctimas.
“Deseo expresar mi cercanía a esas poblaciones, a los enfermos y sus familias, y a todos los que los cuidan. En un país ha muerto uno al minuto. Es terrible”, dijo en referencia a Brasil.