“Lo mejor que tenemos en el horizonte es una vacuna”, dice Samuel Ponce de León, quien coincide en adoptar uso de cubrebocas.
No habrá un momento apropiado para regresar a nuestras actividades cotidianas, pues el SARS-CoV-2 sigue y seguirá presente, indicó Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM.
“Nuestro futuro estará asociado a la Covid-19 indefinidamente, y lo mejor que tenemos en el horizonte es una vacuna”, afirmó.
Por delante tenemos un camino largo y complicado, con una sucesión de brotes epidémicos; además, la mayoría no hemos estado infectados con el virus y no tenemos ninguna defensa, así que estaremos expuestos, dijo Ponce de León.
Añadió que para esta historia “no hay final feliz, la responsabilidad es de todos, no sólo del Estado”. Este año y el próximo habrá una sucesión de epidemias, a manera de olas, que debemos enfrentar, sostuvo.
El también coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus detalló que la apuesta es desarrollar medicamentos efectivos y, eventualmente, contar con una vacuna “que será nuestra mejor herramienta para un futuro menos complicado”.
Foto: Gabriela Pérez Montiel/ Cuartoscuro
Adoptar uso de cubrebocas
Ponce de León adoptó la recomendación del científico mexicano Mario Molina sobre el uso del cubrebocas para evitar la propagación de la COVID-19: “se trata de un mensaje importante, es algo que tiene que cambiar y tenemos que ser agentes de la promoción de este cambio”.
En un estudio recientemente publicado por el premio Nobel de Química, en coautoría con otros expertos, se explica que partículas imperceptibles, llamadas aerosoles, nacientes de la atomización humana, principalmente al hablar, son una ruta para la transmisión de la enfermedad, y no sólo las gotas grandes que sí se ven y que se producen cuando un individuo tose o estornuda.
“La biología viral y su fisiopatogenia hacen perfectamente lógica la utilidad del uso del cubrebocas como herramienta de protección que todos debemos incorporar a nuestra vida práctica. Si salimos es necesario hacerlo con una mascarilla bien colocada para evitar expeler y recibir gotas, y como parte de mi responsabilidad hacia los demás y conmigo mismo”, expuso Ponce.
Incluso, la UNAM tiene un micrositio con instructivos para elaborar nuestros propios cubrebocas: http://www.puis.unam.mx/ y http://www.unamglobal.unam.mx/.
“Debemos aprender a usarlos correctamente y acostumbrarnos para tener buenos resultados”, comentó.
También dijo que se debe mantener la sana distancia, el estornudo de etiqueta y el lavado frecuente de manos, entre otras medidas.
El cubrebocas, reiteró, es recomendable sobre todo en el transporte, salones de clase, mercados, lugares públicos donde hay aglomeraciones y se incrementa la posibilidad de aspirar microgotas que van cargadas de partículas virales.
Por ahora, “no tenemos inmunidad ante el SARS-CoV-2, aún no conocemos bien la respuesta inmunológica; suponemos que la mayoría de los infectados que se han recuperado desarrollarán anticuerpos por un periodo de al menos uno o dos años, pero se sabrá conforme llegue el tiempo de poder confirmarlo”.
Esta semana, la Ciudad de México pasó de semáforo rojo a naranja, por lo que permitieron el regreso de algunas actividades como las siguientes: